Las oposiciones en el ámbito jurídico se han convertido en una opción de empleo más que interesante. Se podría decir que con la reactivación de las convocatorias de oposiciones a un empleo público, tras el parón derivado de la pandemia del coronavirus, el interesado estaría frente a una opción con “gran proyección profesional que llega en el mejor momento”, en palabras de Ángela de las Heras, coordinadora general de Oposiciones del CEF.- Centro de Estudios Financieros.
Esta escuela de negocios, que se precia de preparar a opositores desde 1977, subraya que antes de emprender el camino de la formación el interesado debe tener muy claro qué oposición es la que más se ajusta a sus deseos, que es como decir la que más encaja en su verdadera vocación.
Porque el servicio público es vocacional. Es algo que no se cansa de repetir Ángela de las Heras, quien recuerda que el sentido común también ayuda a decantarse por una oposición o por otra. Es evidente que cuando hablamos de oposiciones en el ámbito jurídico poseer conocimientos previos de derecho no solo facilita la labor del estudiante, supone igualmente un revulsivo para cumplir su sueño.
Cuando De las Heras señala que este es “el mejor momento” no es una observación baladí. El pasado 28 de julio se publicaba en el BOE la mayor Oferta de Empleo Público de la historia. Se podría decir que hay plazas para prácticamente todos los Cuerpos de la Administración, incluido el del área jurídica.
Con carácter general, para opositar hay que cumplir unos requisitos generales que son tener cumplidos los 16 años y no exceder la edad máxima de jubilación; poseer la capacidad funcional para desempeñar las tareas del puesto de trabajo; tener la nacionalidad española para los cuerpos especiales -en los cuerpos generales también se pueden presentar los nacidos en otros estados miembros de Unión europea, cónyuges, etc.; y cumplir un requisito académico, que será diferente según la oposición.
Antes de nada, es muy importante informarse de las Oposiciones que hay para saber cuál puede ser la más adecuada para cada uno. En la mayoría de los casos, el interesado encontrará que la dificultad de aprobar una oposición está en el programa, razón por la que es importante saber que en el momento en el opositor domine sus contenidos “las posibilidades de aprobar son elevadísimas”, señala Ángela de las Heras. En otros casos, cuando las oposiciones son de un nivel inferior, la dificultad no es tanto el programa como la competencia. “Esto es importante”, resalta la coordinadora general de Oposiciones del CEF.-, “porque en muchas ocasiones nos fijamos en un programa relativamente corto y más fácil, pero hay que tener en cuenta el número de instancias presentadas”.
Lo que es de conocimiento público es que la Administración es la ‘empresa’ más grande del país, la cual ofrece multitud de posibilidades para trabajar, aunque hay que tener en cuenta determinados aspectos a la hora de elegir una oposición. No es tan fácil como desearlo, ni tan difícil como para renunciar antes de que uno se lo proponga.
Una primera condición es que el programa exigido se adapte al perfil académico del opositor. A un licenciado en Derecho le será más fácil un programa jurídico. También hay que tener en cuenta el número de plazas convocadas e instancias presentadas. Normalmente, las oposiciones del Grupo A (A1 y A2) tienen una buena ratio y la competencia está en el programa.
Atención al tiempo dedicado a preparar la Oposición. Debe tenerse en cuenta que la preparación para una Oposición del Subgrupo A1 requiere entre dos y cuatro años. Es en este punto, debe saberse que la carrera judicial y fiscal necesitará de una preparación de entre cuatro y seis años. Otras oposiciones, como pueden ser las de notarios, registradores, y similares pueden necesitar de estudio más de seis años. En su conjunto, las oposiciones de este Subgrupo A1 requieren dedicación exclusiva, esto es, un número de horas de estudio diario de entre 8 y 10, equivalente a una jornada laboral.
Por su parte, las oposiciones del Subgrupo A2 requieren un tiempo de preparación de entre año y medio y tres años, aproximadamente. La preparación de esta Oposiciones se puede compatibilizar con un trabajo, pero hay que tener en cuenta que se va a competir con un gran número de personas que están dedicadas a preparar la misma oposición.
Las oposiciones del Subgrupo C1 requieren de un tiempo de preparación menor, establecido como media entre uno y dos años, siendo la dificultad principal el elevado número de instancias presentadas.
En cuanto a la regularidad de las convocatorias, lo habitual es que se convoquen todos los años. Si el opositor suspende, podrá volver a presentarse al año siguiente. Esto en lo que concierne a las Oposiciones públicas estatales, pues hay Oposiciones que convocan las Comunidades, Ayuntamientos u otras entidades locales que son “muy irregulares”, recuerda De las Heras.
Con carácter general, y a pesar de que opositar no es un juego de niños, sino una acción que conllevará esfuerzos y dedicación casi plena por parte del interesado, con la preparación de una oposición “se van a adquirir muchas fortalezas, una capacidad de trabajo muy grande, una gran disciplina, capacidad de compromiso y un largo etcétera”. Es algo que destaca mucho Ángela de las Heras, y que transmite a sus alumnos, puesto que suspender una oposición no es cerrar un camino. Hay determinadas oposiciones que incluyen programas formativos muy demandados por las empresas, de modo que el opositor llega a tener una gran formación en las materias exigidas en sus programas. Así que, aunque un camino puede cerrarse, otro se abre, todo ello, gracias a la potente formación recibida.
El CEF.- es el centro preparador de oposiciones a los altos cuerpos de la administración pública líder en resultados. Más de 28.000 opositores han aprobado gracias al MétodoCEF.- Descubre aquí todas las oposiciones que prepara.