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CURIOSIDADES

Primeros pasos en una gran firma legal. Por María Vizcay

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La proactividad como factor clave del nuevo comienzo.

Después de cuatro o seis años de formación en la burbuja de la universidad, toca tomar una decisión trascendental: el camino profesional a escoger. El grado en Derecho, combinado o no con otras titulaciones, ofrece una amplia gama de salidas, aspecto indudablemente positivo, pero que desemboca en grandes quebraderos de cabeza. ¿Opositar o mundo privado? Y, dentro de esta disyuntiva, miles de opciones.

Opositar siempre se ha considerado como un acto de valentía, aspecto incuestionable, pero tomar la decisión de adentrarse en el mundo privado requiere también armarse de valor. Dejando a un lado las dificultades para encontrar empleo a las que nos enfrentamos los jóvenes actualmente, los medios de comunicación y todos los que pretenden aconsejar, tienden a desalentar a los nuevos profesionales, informándoles, como si no fuese ya conocido, sobre las mejorables condiciones laborales o las interminables jornadas de trabajo que les esperan. Sin duda, muchas veces no se equivocan, pero el mundo privado es tan diverso como los potenciales candidatos.

La única realidad: prueba y error, buscar tu sitio en el mercado laboral y, sobre todo, buscar aquello que te apasione. O, al menos, que te guste bastante. En general, no hay sueldo que pague vivir sin ilusión. Y sí, digo vivir, porque el trabajo copa la mitad de nuestra vida, e incide significativamente en la otra mitad. Eso sí, dos aspectos son claros: no todos los días pueden ser apasionantes y la pasión está ligada al sacrificio. Y, en todo caso, probando se conoce lo que uno verdaderamente quiere.

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Desde mi corta experiencia como becaria y recién empleada en un gran despacho, considero la proactividad y la amabilidad –o, en otras palabras, ser buen compañero-, claves para disfrutar del trabajo.

Indudablemente, los inicios siempre son desafiantes, y la comparación con los compañeros que llevan tiempo en la empresa puede, a veces, generar nervios o sentimientos de inferioridad. O, podemos cambiar el chip y afrontarlo como una motivación de lo mucho que hay por aprender –cada uno a su nivel, pero es una constante- y de la proyección que tú también puedes tener.

Cambiar de perspectiva y afrontar cada oportunidad laboral, prácticas o beca como un reto es clave, para, primero, conocer los ámbitos que nos gustan y los que no –este último también muy importante-; y, segundo, aprender de la experiencia de los demás y, tercero, y no menos importante, aprender a comportarse en el entorno laboral, algo que raramente se enseña en las aulas. Y, ¿por qué no? Hacer buenos amigos.

 

Grandes despachos de abogados.

Como en casi todos los ámbitos de la vida, no todas las personas buscamos lo mismo, -¡y menos mal!- No obstante, la competitividad para acceder a programas de prácticas de grandes firmas de abogados, unido con algunas “malas lenguas” asociadas al sector se traducen en nervios para tomar la decisión de aplicar a un gran despacho.

Indudablemente, los grandes despachos, como cualquier otro trabajo, no están hechos para todo el mundo. Algunos recién graduados prefieren trabajar en una empresa local, a otros no les convence realizar asesoramiento de empresa y otros, simplemente, desconocen el sector. Si eres de estos últimos, te dejo a continuación algunos aspectos que me hubiera gustado saber cuando me embarqué en esta aventura, por supuesto, desde mi experiencia y la suerte que considero haber tenido:

  • A pesar de la competitividad para acceder, el compañerismo es clave y harás muy buenos amigos.
  • No, no vas a estar haciendo cafés. Si algo prima en los grandes despachos es trabajo, lo que se traduce en asumir responsabilidades pronto y tener muchas y variadas tareas por hacer.
  • Tienen grandes equipos de Recursos Humanos y de Formación.
  • La curva de aprendizaje es exponencial. No te irás ningún día a la cama sin haber aprendido algo nuevo.
  • La cadena de revisión es amplia, por lo que tu trabajo siempre se revisa por varias personas y, generalmente, dedican tiempo a darte feedback para fomentar el aprendizaje.
  • La oferta de ramas del Derecho es amplia, hay hueco para todos. Puedes escoger dentro de las ramas tradicionales (procesal, mercantil, laboral, penal…) o bien los nuevos sectores (Intelectual Property, finanzas, inmobiliario, competencia, etc.). Las prácticas son una oportunidad perfecta para probar diferentes especializaciones, e incluso, en algunos despachos ofrecen programas de rotación entre diversas áreas.
  • Ejerces el Derecho aplicado a la empresa, es decir, independientemente de la rama escogida, difícilmente se llevan casos de personas físicas.
  • Trabajas en temas de actualidad con empresas conocidas.
  • Hay mucho ambiente joven, perfecto para hacer amigos.
  • Se trabajan muchas horas, pero, por lo general, es un aspecto generalizado en el mundo de la Abogacía, con independencia del tamaño del despacho.

 

“No olvides que puedes, empezar tarde, comenzar de nuevo, estar inseguro, actuar diferente, probar y fallar, y, aun así, tener éxito”.

Maria Vizcay foto

Autor: María Vizcay Atienza, Trainee en el Departamento de Derecho Procesal de la oficina de Garrigues Madrid. Graduada en Derecho y Administración de Empresas Internacional en la Universidad Pública de Navarra y actualmente estudiando el Máster de Abogacía a distancia por la UNIR. Con experiencia como becaria en los departamentos de Mercantil y Procesal de las oficinas de Garrigues Pamplona y Madrid.

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