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“Aquí surgen lazos profesionales muy difíciles de conseguir fuera del Colegio”: Ester Mocholí

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Ester Mocholí es actualmente la persona que lidera la estrategia formativa del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid como Diputada responsable de formación.

Mocholí, además de abogada en ejercicio, ha ocupado a lo largo de su carrera distintas posiciones directivas en el ámbito de la formación jurídica, habiendo sido directora de programas en distintas escuelas de derecho y ocupado el puesto de Decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Antonio de Nebrija.

En esta entrevista, nos descubre los objetivos formativos del ICAM, a través del Centro de Estudios del ICAM, las novedades de los próximos meses en cuanto a nueva oferta formativa y la actualidad sobre le proyecto de Centro Universitario que verá la luz próximamente, que representa un hito novedoso en la historia del Colegio de la Abogacía de Madrid.

 

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  • Durante su trayectoria, además de docente, ha ocupado cargos de dirección de programas formativos en distintas escuelas de derecho ¿Qué reflexión le merece la conexión entre la Universidad y las demandas del mercado laboral?

En mi trayectoria profesional he podido compatibilizar en estos más de 20 años el mundo de la abogacía con el mundo de la academia. La visión desde el punto de vista profesional es que la academia en muchas ocasiones se separa de lo que el mercado demanda. El mercado laboral va mucho más rápido que la academia, por eso el poder tender puentes, y llevar a la universidad lo que en el día a día vemos como las necesidades de la abogacía ha sido siempre para mi un reto.

Acercar el mundo profesional a la academia es posible y necesario, y que la universidad se acerque al mundo profesional es enriquecedor.

 

  • Asimismo, a lo largo de su carrera ha ocupado distintas posiciones directivas ya que fue Decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Antonio de Nebrija y actualmente Diputada responsable de formación en el ICAM ¿Cuáles son las áreas de trabajo de un Decano de una facultad?

La figura del Decano de la facultad es una pieza muy polivalente, podríamos decir que es un malabarista, que tiene en sus manos diferentes responsabilidades a veces difíciles de conciliar.

Por una parte tiene que lanzar al mercado programas que sean atractivos y que den respuesta a las necesidades que tienen los estudiantes, y aquí no solamente tenemos que pensar en el estudiante de grado de dieciocho años que entra por primera vez a la universidad, hay que pensar en aquellos que están buscando un master para la especialización, e incluso profesionales más senior con solvencia en un área determinada y sin embargo quieren reciclarse o dar el paso hacia un área de conocimiento diferente. Pensemos por ejemplo en la Inteligencia Artificial, y cómo ha irrumpido en nuestra realidad de la abogacía de una manera realmente importante. Por lo tanto, cualquiera que esté en este momento en el ejercicio, da igual en qué área de conocimiento, necesita formarse también en las herramientas que hoy nos permite la IA. También para estos alumnos hay que estar pensando qué programas hay que lanzar al mercado.

También como Decano, deben realizarse tareas como director de recursos humanos de un gran departamento. Una plantilla de unos mil o mil quinientos profesores es la que de media mueve un decanato, con perfiles diferentes, en ocasiones dobles perfiles (académicos y profesionales) que tienen que conciliar su trabajo con la docencia y que a la hora de hacer los cuadrantes para las clases implica mucha mano izquierda y liderazgo.

Y como parte importante, la labor de rendición de cuentas, ya que como Decano manejas un presupuesto, tienes que llegar a unos objetivos y tu facultad tiene que ser también rentable económicamente. Dependiendo de la universidad podemos estar ante la necesidad de un beneficio concreto o simplemente ser capaz de sostenerse económicamente. Tanto en un caso como en otro implica un reto que el decano tiene que saber liderar.

Es un perfil complejo, pero que al mismo tiempo es ilusionante.

 

  • ¿Cuáles son sus principales objetivos actualmente como responsable de formación del ICAM?

Como responsable de formación en el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid creo que hay que poner el listón muy alto, nuestra formación continua en el Centro de Estudios tiene gran prestigio, tenemos a muchos colegiados que vienen aquí para continuamente formarse, especializarse, incluso gente de otros colegios que se acerca a ser parte de nuestra formación ya que somos un Colegio con un elenco de formación que no tienen otros porque no tienen la capacidad de poder hacerlo.

La formación continua siempre ha ocupado nuestras aulas y que siempre nos ha preocupado, intentamos dar lo mejor de nosotros y que la formación sea lo más especializada posible en lo que hoy necesita un abogado o abogada. Además, hemos querido dar un paso más y que la formación reglada forme parte también de nuestras aulas. Por ello, desde 2022 impartimos también el Máster de Acceso a la Abogacía. ¡Qué mejor sitio para poder terminar la carrera y poder ejercer que el Colegio de la Abogacía!

Lo que sí hemos aprendido con estas dos ediciones del master, que hemos llenado, es que se generan unas sinergias entre ese futuro colegiado que viene a nuestras aulas y comienza a participar de lo que organizan las secciones y el Colegio; junto a los profesionales que ven cómo eran ellos hace veinte o cuarenta años y les encanta poder compartir con ellos, poder mentorizarles, poder recogerles en las prácticas. Esto es realmente gratificante.

A las universidades nos cuesta proporcionar prácticas para todos nuestros estudiantes, y esto es algo que aquí veo que es diferente, porque dentro de ese número tan elevado de colegiados que manejamos en el ICAM tenemos muchísimos que están dispuestos a coger alumnos en prácticas, si bien la búsqueda es personalizada y ad hoc de las necesidades de las partes. Esto permite que los estudiantes puedan escoger el área de conocimiento en el que quieren hacer las prácticas, incluso el despacho en el que quieren hacer las prácticas. El Máster ha sido de uno de nuestros retos, y creo que se va a convertir en el máster de abogacía por excelencia.

 

  • ¿Cuál es su opinión sobre la realización obligatoria del Máster de Acceso a la Abogacía ¿Considera que estos programas han supuesto una mejora en el ámbito práctico para el estudiante? ¿Qué destacaría de este programa de Curso de Acceso que se imparte desde el Centro de Estudios del ICAM?

Con relación al Máster de Abogacía, cuando en 2006 con la Ley de Acceso se plantea la necesidad de establecer este proceso de superación del grado, luego del máster de acceso, y luego el examen de acceso, la verdad que en el ámbito académico y también de la abogacía todo son dudas. Qué va a pasar, cómo lo vamos a llevar a cabo, si realmente se va a convertir en un máster que te permita ejercer y acceder al mercado con más tablas de las que tenías, y que no sea un quinto curso. Realmente supuso un reto importante. En la práctica, aunque pueda parecer un quinto curso, realmente no lo es. El alumno llega ya con todos los conocimientos del grado y lo que pretendemos es que se apliquen desde un punto de vista práctico, que resuelvan casos reales y que apliquen los conocimientos de manera transversal.

En particular lo que hacemos en el Máster de acceso aquí es aplicar casos prácticos que de manera transversal tratan al menos tres áreas de conocimiento, y los alumnos tienen que poner sobre el papel lo que han aprendido en el grado. Por lo tanto, creo que el máster si es positivo y da un paso más.

 

  • ¿Qué consejo o mensaje (en general) trasladaría a un estudiante de derecho o joven que se inicia en la profesión?

Mi consejo sería que no deje de formarse en aquello que especialmente le llama la atención. La formación la va a tener que continuar toda su vida, pero lo cierto es que formarte en aquello que te atrae, que te genera curiosidad es lo mejor que puede pasar.

No solo vas a aprender en la materia, sino que te vas a convertir en un profesional brillante en esa materia. El Colegio te puede dar las herramientas para formarte, pero al mismo tiempo puedes unirte a las secciones que hay de prácticamente todas las áreas de conocimiento. Esto te va a permitir por un lado conocer como otros profesionales se han formado, como otros profesionales manejan la materia, e incluso desde un punto de vista más práctico, no tienes que estudiarte las últimas reformas, basta con que te apuntes a la sección que van a tratar esa reforma específica y lo que a ti te llevaría probablemente semanas en poder conocer en tres horas te van a resumir de un punto de vista práctico y enfocada en los profesionales que en esa materia tienen interés.

 

  • ¿Cuáles son los programas más destacados que ofrece el Centro de Estudios del Colegio de la Abogacía de Madrid en la actualidad? ¿Nos puede adelantar algunos de los nuevos programas que surgirán próximamente?

En este momento el centro de estudios tiene aproximadamente 250 cursos abiertos, por lo tanto, el abanico de cursos que se pueden llevar a cabo es relativamente amplio, y tenemos cursos de diversa índole, tenemos cursos cortos de dos o tres tardes, cursos de tres meses, incluso cursos de especialización que duran prácticamente un año.

Junto con ello tenemos los masters como es el máster de abogacía, y otros programas como son el máster de derecho de la construcción, el máster de derecho de los negocios internacionales, y seguiremos. En septiembre verá la luz un nuevo máster en derecho financiero y bancario.

En cualquier caso, como señalo la formación va desde una formación muy corta, una formación de una extensión media, a una formación de carácter anual.

 

  • Respecto al Centro de Estudios del Colegio de la Abogacía de Madrid ¿Por qué un estudiante debería estudiar ahí? ¿Qué hace único y distintivo a esta institución respecto a otras opciones?

Si tuviera que decir por qué estudiar en el Centro de Estudios del ICAM, por un lado, diría que porque tenemos a los mejores profesionales. Es decir, si buscamos un curso muy específico de lo último que ha irrumpido en el mercado probablemente a ese profesional lo vamos a encontrar en el colegio de la abogacía, por lo tanto, los mejores profesores.

Tenemos un equipo que es maravilloso, que gestiona muy bien los grupos y nos permite conocer con nombres y apellidos a todos nuestros alumnos, aun cuando estamos hablando que por el centro pasan más de 4.000 o 5000 estudiantes todos los años con 700 profesores. Como los grupos son relativamente pequeños, y tratamos de que sean entre 20 y 30 personas conocemos muy bien a nuestros estudiantes.

Y además servimos de puente. Es muy difícil que el estudiante estudie aquí y no encuentre a un profesor que sea el que le enlace para conseguir situarse en ese despacho que le interesa, o que le presente al compañero que está esperando conocer para llevar a cabo con la actividad que desee. Es decir, se realizan de verdad aquí lazos profesionales que es muy difícil encontrar fuera del colegio de la abogacía.

Y luego, no podemos olvidarnos del precio, somos una institución de derecho público. Nosotros no tenemos como interés tener un beneficio. Basta con que seamos sostenibles económicamente. Por lo tanto, a todos los beneficios citados tenemos que sumar las tasas o los honorarios que son muy asequibles. En muchos cursos son gratuitos, y en otros estamos hablando de un coste simbólico.

 

  • El ICAM lanzará próximamente su Centro Universitario, tras superar los trámites ante UCM, que representa un hito novedoso en la historia del ICAM ¿Cómo surgió este proyecto? ¿Cuál es su principal razón de existencia y objetivos?

El futuro Centro Universitario surge antes de entrar como junta de gobierno, en varias conversaciones que nuestro Decano pone sobre la mesa y que realmente tiene como finalidad u objetivo es que nuestro centro de estudios pase a consolidarse como un Centro Universitario cuya oferta de máster pueda satisfacer a las diferentes especialidades que en el ejercicio de la abogacía podíamos encontrar.

En los primeros meses de nuestra andadura como junta trabajamos en profundidad cuales eran las diferentes opciones y vimos que ser Centro
Universitario adscrito a una Universidad Pública era el reto más inmediato, y así nos pusimos a trabajar.

Tras la aprobación de este objetivo, nos reunimos con las diferentes universidades públicas de Madrid, y finalmente consideramos que debía ser la Universidad Complutense aquella que fuese nuestro paraguas, y por lo tanto ser centro adscrito a la Universidad Complutense.

Elaboramos las diferentes memorias que para poder llegar a ese punto debíamos elaborar, se aprobó por los tres órganos que tienen que aprobarlo dentro de la Universidad Complutense y el pasado diciembre se depositó en la Comunidad de Madrid la solicitud con toda la documentación anexa y estamos pendientes de la resolución que autorice la andadura. El siguiente paso sería la elaboración de las memorias de los programas que queremos que sean programas oficiales y eso lleva un tiempo.

Además de ese objetivo que señalamos al principio de tener una formación oficial en cada una de las diferentes ramas del derecho, tenemos como objetivo poder ser desde el grado la cuna de la formación de la abogacía, porque podemos conseguir unir la academia con la profesión y el ejercicio de la abogacía. Con el Centro Universitario del Colegio de la Abogacía conseguimos atraer los dos extremos, conseguimos hacer una fusión entre las bondades de uno y de otro. Aproximarnos a la excelencia desde la cuna.

Si un joven de 18 años tiene vocación de ser abogado, que venir aquí y que desde primer curso pueda simular juicios reales, pueda ver juicios reales, pueda estar con los abogados del turno de oficio. Esto solo lo podemos hacer en el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid y es nuestra obligación hacerlo.

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