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“Creo más en ser un líder que en ser un jefe”: Antonio Vázquez-Guillén

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Antonio Vázquez-Guillén es actualmente socio codirector de A&O Shearman en España y codirector global de Arbitraje y Procesal. Antonio ejerce una posición de liderazgo en el sector, al co-dirigir en España el tercer mayor despacho de abogados del mundo. Una trayectoria que comenzó con su ingreso al cuerpo de Abogados del Estado y su incorporación posterior a la firma en 2005.

Antonio compagina su labor como abogado con la docencia en importantes escuelas de Derecho, el Centro de Innovación del Derecho CID-ICADE de la Universidad Pontificia Comillas, siendo profesor en el  Máster en Derecho Internacional y Europeo de los Negocios.

En esta entrevista, Vázquez-Guillén, con gran generosidad comparte con nosotros los retos a los que se enfrenta la firma, lo que considera las claves de su éxito,  las experiencias que lo han marcado profesionalmente, como su defensa en el caso Prestige o su visión sobre el futuro de la abogacía.

 

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  • ¿Cuál ha sido su trayectoria profesional hasta ocupar el cargo de socio codirector de A&O Shearman en España y responsable del departamento de Procesal y Arbitraje? 

Inicié mi carrera profesional accediendo por oposición al Cuerpo de Abogados del Estado con 28 años. Ejercí como abogado del Estado durante ocho años. En 2005, decidí dar el salto al sector privado y me incorporé a Allen & Overy (hoy A&O Shearman), donde me nombraron socio en 2007. Desde el año 2015, codirijo el despacho junto a Ignacio Ruiz-Cámara. Tras la fusión con Shearman & Sterling, en mayo de este año, he asumido la codirección de práctica de litigación a nivel mundial dentro de A&O Shearman.

 

  • ¿Qué habilidades considera que le han ayudado a llegar hasta su cargo actual?

Haría una distinción entre las habilidades necesarias para ejercer de abogado por un lado y, por otro, como socio, que realmente es un gestor que tiene que liderar un equipo con la finalidad de hacerlo crecer y desarrollar negocio. Las exigencias para cada uno de estos roles no son las mismas, pero sí comparten dos que considero esenciales: la inquietud y la pasión por lo que se hace. Esto es la clave de todo, y después ser capaz de transmitirlo, de compartirlo.

La inquietud es fundamental en la profesión: el deseo de cambiar las cosas para mejor y aportar valor. Como abogado se puede hacer investigando, leyendo, publicando, participando en congresos o debates; y como socio se debe crear y desarrollar equipos y generar negocio en el mundo jurídico. Es muy importante tener verdadera devoción y pasión por lo que haces.

También creo que es esencial trabajar en equipo, algo que requiere respeto, inclusión y ser capaz de ayudar a las personas que te rodean a mejorar, para buscar siempre la mejor versión de cada uno. Para ello, se debe crear un ambiente de confianza, donde cada profesional pueda crecer. Si cada profesional se desarrolla individualmente, el proyecto también lo hace. Creo más en ser un líder que en ser un jefe. Un líder apoya al equipo con generosidad y respecto, y anima a tener inquietud por innovar, por romper el status quo, por avanzar y por dar oportunidades para que el proyecto crezca. Cada profesional debe asegurarse de que cumple con su deber. Si se crea un espacio en el que hay autocontrol y cada profesional quiere ser mejor, la dinámica será sin duda de excelencia.

 

  • ¿Cómo explicaría a un estudiante de derecho con interés en el ejercicio internacional de la abogacía en qué consiste su trabajo? ¿Qué tipo de asuntos atiende? ¿Cómo es el día a día de un abogado especializado en esta área?

Creo que cada vez el mercado demanda más profesionales internacionales, preparados para operar en un mundo globalizado, que no conoce fronteras. Los abogados deben abrirse mentalmente a trabajar en un contexto internacional. No solamente estamos hablando de saber inglés, que por supuesto, sino de saber operar en un mercado global, con personas de distintas nacionalidades que van a distintos ritmos y que funcionan de diferente forma. Es muy importante adaptarse a muchas situaciones que vienen dadas por aspectos internacionales, tanto en litigación como en asesoramiento transaccional. Hoy por hoy, casi todos los asuntos de los grandes despachos tienen un componente internacional que demanda profesionales globales, el cliente espera encontrarse con abogados con una mentalidad muy abierta, flexible y dinámica.

Respecto al área de litigación, dividiría mi trabajo en tres fases: conocer y analizar qué problema o eventual disputa tiene el cliente, ver cómo se puede evitar un pleito o litigio para que la empresa pueda continuar con su negocio habitual y, en caso de que no haya más remedio, acudir al litigio. En el día a día de un abogado especializado en esta área, debemos tener la capacidad de valorar las fortalezas y debilidades del cliente, calibrando las posibilidades de ganar, y gestionar las expectativas según tu análisis de la situación contractual, así como valorar qué posibilidades tiene de que prevalezca su posición frente a la otra parte.

En cuanto al tipo de asuntos que atiendo, se podrían clasificar en litigios civiles y mercantiles, disputas normalmente entre empresas derivadas de contratos, de financiaciones, de acuerdos de socios, de salidas a bolsa, de adquisiciones hostiles, etc. Esta litigación civil mercantil también se conduce con frecuencia por la vía del arbitraje.

En Europa Continental, los abogados de contencioso normalmente hacemos tanto litigación como arbitraje, a diferencia del mundo anglosajón donde los abogados de litigación suelen representar la figura del solicitor, que son los que hacen el trabajo de la consultoría, mientras que el proceso judicial lo lleva el barrister.

 

  • ¿Qué consejos le daría a un estudiante de Derecho que esté interesado en especializarse en el área de procesal y arbitraje?

En líneas generales le diría que continúe formándose en todo aquello que le guste. Es fundamental, pues solo si hacemos lo que nos atrae, somos capaces de transmitirlo, porque estamos contentos con lo que hacemos. El segundo consejo es ser inquieto y ampliar los conocimientos y las experiencias. En el mundo de los litigios y arbitrajes hay muchas posibilidades, como la asistencia a congresos, hacer prácticas, participar en moots (torneos de debate), que te permiten desarrollar actitudes muy importantes como la oratoria, el análisis, la crítica, la síntesis y la exposición oral. Hoy en día cada vez hay más oportunidades de hacer actividades de este tipo, donde uno sale de su zona de confort, aprende a exponer y a defender una posición.

También señalaría la importancia de trabajar en equipo, porque, como decía antes, en el entorno profesional nos debemos acostumbrar a que todo es resultado de un equipo trabajando en sintonía. Además, se requiere un alto nivel de inglés oral y escrito para ser un abogado en el ámbito internacional, y segundo el manejo de la inteligencia artificial, para que no sea una amenaza o un enemigo. Las próximas generaciones la aplicarán en su día a día y sin duda conseguirán que les ayude a aportar valor.

 

  • Como socio de A&O Shearman, en su perfil se destaca su foco en la práctica litigación y disputas nacionales e internacionales ¿Podría compartir alguna experiencia que recuerde especialmente o algún caso de éxito relevante al que haya enfrentado en su carrera?

Un hito muy importante en mi experiencia como abogado del Estado, fue el asesoramiento jurídico al Estado en las actuaciones derivadas del accidente del buque Prestige. Este caso me obligó a labrar un perfil más internacional del que yo tenía en ese momento, pues tuve que llevar toda la parte procesal en defensa del Estado también ante la Organización Marítima Internacional (OMI) y el Fondo de Indemnización de Daños por Acciones derivadas de daños por hidrocarburos (FIDAC). Este caso marcó mi vida profesional, siendo el primero en el que el Estado no fue condenado por responsabilidad civil subsidiaria.

En el sector privado, un caso bonito que destacaría es un arbitraje comercial internacional: una disputa entre Mubadala, el fondo soberano de Abu Dabi, como contraparte en un contrato de patrocinio del Estadio Santiago Bernabéu. Un arbitraje en el que diseñamos toda la estrategia para defender la posición de Mubadala en el contexto de patrocinio. El arbitraje se resolvió el año pasado a favor de nuestro cliente.

 

  • Como abogado ejerciente y profesor en el máster en Derecho Internacional y Europeo de los Negocios ¿Cuáles son las principales salidas profesionales a las que aspiran los alumnos que se forman en abogacía internacional?

Una opción es la Administración, vía oposiciones o vía institucional. La otra es optar por el sector privado. Respecto de la primera, se puede considerar una oposición al Cuerpo Diplomático, o al Cuerpo de Abogados del Estado, o de letrados de Comunidad Autónoma. También hay muchos abogados que han desarrollado su carrera en instituciones como la Comisión Europea, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, la Corte Penal Internacional, el Ciadi o el Banco Mundial. Igualmente, en secretarias de las Cámaras o Cortes de Arbitraje, como la Cámara de Comercio de Madrid o la de París (CCI) o la Corte de Arbitraje Internacional de Londres (LCIA).

En cuanto al sector privado, puedes ejercer en un despacho de abogados, o bien en la asesoría jurídica de una empresa (in house). Las empresas grandes tienen normalmente sólidos equipos de abogados que poseen un amplio conocimiento de cada área.

 

  • Como profesional cercano a los jóvenes y con experiencia docente ¿Qué reflexión le merece la formación actual en derecho y los esfuerzos de innovación que están realizando algunas escuelas como el Centro de Innovación del Derecho CID-ICADE de la Universidad Pontificia Comillas? ¿Cuál cree que es el futuro de la formación en derecho?  

Creo que la formación en España es muy buena, el nivel de los abogados es muy alto. Ha habido una clara evolución hacia una visión más práctica de la enseñanza, para que el profesional, antes de comenzar su carrera profesional, se enfrente a lo que va a ser la práctica de su disciplina. Ahora se hacen más debates, moots, simulacros, ejercicios de presentación y defensa de testigos, peritos… Esta es la tendencia y se debe ir en esta línea como ocurre con las universidades americanas, que practican más el método del caso.

Nosotros, en las pruebas de selección del despacho, presentamos métodos donde los abogados aspirantes tienen que estudiarse situaciones concretas y plantear soluciones sabiendo además que no hay una única solución correcta, puede haber muchas soluciones y lo importante es ver cómo las defiende el candidato. Por eso, creo que la formación debe ir en esa línea. En este caso, el máster de acceso es un gran avance ya que exige realizar prácticas y esto permite a los estudiantes experimentar la vida profesional de forma directa antes de comenzar su carrera.

 

  • Respecto a su posición de liderazgo como socio codirector, ¿Cuáles son los grandes retos en líneas generales a los que se enfrenta el despacho?

El primer reto, como cualquier proyecto profesional, es el de mantenerse en la excelencia y no parar de pedalear. Hay que continuar trabajando, sacando lo mejor del despacho y de sus profesionales, para así competir en el mercado. El mercado es altamente competitivo, España destaca frente a los países de nuestro entorno por la madurez de su sector legal.

Contamos con despachos de gran calidad nacionales e internacionales.  A&O Shearman debe mantener su objetivo de asesorar en los asuntos más complejos, y casi siempre con un componente internacional. Solo puedes ser un despacho de primera línea si eres capaz de ofrecer valor añadido, algo que el cliente identifica rápidamente.

El segundo reto es la inteligencia artificial, que ya nos acompaña en el día a día y es difícil saber hasta dónde llegará. Las posibilidades que nos ofrece en cuanto al análisis y redacción de contratos, revisión de cláusulas, etc. son impresionantes, pero lo más importante, en mi opinión, respecto a estos retos que plantea la IA, es la forma de verla. Un profesional siempre debe considerarlo como una oportunidad y no como una amenaza. Estos nuevos medios deben ser administrados y controlados ya que existen riesgos en torno a la utilización de los mismos.

 

  • Según su amplia experiencia en la asesoría en Procesal y Arbitraje ¿Cuál es su visión sobre el futuro de esta área de especialidad y cómo cree que afectarán las nuevas tecnologías en ella?

Creo que tiene un gran presente, y un magnífico futuro. El área de litigios y arbitrajes es un área muy bonita que te permite conocer toda la realidad contractual. Es el abogado que conocemos de las series de abogados. Además, es un área anticíclica pues siempre hay litigios. Si la economía va bien, va a haber disputas en la ejecución de contratos de compra. Si hay un ciclo bajista de la economía, hay otra serie de conflictos derivados del incumplimiento, las reestructuraciones, ejecuciones de garantías o insolvencias.

A medida que un abogado de litigios va creciendo en su carrera profesional adopta una visión más estratégica, más global y más a largo plazo, hasta alcanzar el estatus de lo que en el mercado anglosajón se conoce como Trusted advisor.

 

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