Una de las cuestiones que más incertidumbre genera a los estudiantes de Derecho que han decidido que quieren dedicarse a la Abogacía es determinar qué Máster elegir ante la inmensa oferta de estudios. Elegir un máster es una decisión muy personal, por lo tanto, es difícil generalizar, lo que para unos puede ser una buena decisión en otros casos no lo es tanto, cada uno tiene sus circunstancias personales y económicas.
A continuación, os dejamos 10 tips que pueden ayudarte a elegir cuál es el mejor máster de derecho para ti:
1. ASEGÚRATE DE SABER CUÁL ES TU OBJETIVO.
¿Qué meta persigues? ¿a qué te quieres dedicar en el futuro una vez que finalices tus estudios? En este ámbito, existen tres opciones:
Dedicarte a la abogacía. Si quieres dedicarte al ámbito jurídico lo más habitual es realizar un Máster de Acceso a la Abogacía o un Doble máster que tenga acceso + especialidad. Es recomendable elegir un máster de acceso siempre con una especialidad ¿por qué? El mercado jurídico está estructurado hoy en día a la especialización, el volumen de normas que se promulgan impide ser bueno en muchas áreas. Además, las firmas están estructuradas en áreas de especialidad, si compites en un proceso de selección para entrar en el área de laboral de una firma tendrá un perfil más interesante alguien que haya cursado un máster de acceso + laboral que alguien que solo tenga el máster de acceso a la abogacía.
¿Y si no es posible un doble máster? Es recomendable un máster de acceso oficial en todo caso, ya que, aunque no vayas a ser abogado ejerciente la mayor parte de los despachos exigen un master de acceso y haber superado el examen de acceso a la abogacía.
Opositar para ser funcionario. ¿Y si quiero opositar? ¿Realizo el máster de acceso a la Abogacía? Esta pregunta es muy recurrente e imposible de responder de una forma generalizada, deberás valorar tus circunstancias personales.
Se ha consultado a distintos opositores y hay opiniones divergentes. Unos piensan que es mejor hacer primero el máster, aunque luego oposites, porque luego se hace más duro no superar una oposición y ponerte a hacer un máster. En nuestra opinión, si tienes claro que quieres ser opositor ve a por ello directamente. Luego, según lo que pase, si no consigues sacar la oposición ya se verá. No creemos que la mejor vía para un objetivo que te marcas sea actuar pensando “y si no apruebo y tengo que hacer el máster luego”, además de que retrasarás la oposición mínimo año y pico. Pero esto es muy personal.
Dedicarte a otro ámbito o salida profesional del derecho como la docencia. ¿quieres convertirte en profesor de Universidad? En este caso, lo recomendable es realizar un máster en investigación en derecho o, en todo caso, si esto no es posible, un máster de especialización en la materia que quieras impartir, para continuar después con el Doctorado.
2. INFÓRMATE BIEN DE LA OFERTA ACADÉMICA
Es fundamental que indagues sobre la oferta académica que existe tanto a nivel nacional como en el extranjero, si tienes posibilidad de ello; esta segunda opción te brinda no solamente la oportunidad de aprender idiomas, que, como sabes, es un plus muchas veces a la hora de buscar trabajo, sino también la oportunidad de crecer personalmente y de trabajar cualidades que necesitabas mejorar y que pueden serte de gran ayuda en una futura entrevista de trabajo.
Averiguar información sobre la oferta académica implica ojear también el plan de estudios de cada máster o posgrado de derecho, pues puede haber importantes diferencias de unos a otros que sean la clave para decantarte por un curso o por otro.
3. ELIGE UNA MODALIDAD QUE SE ADAPTE A TU SITUACIÓN.
Si tienes plena disponibilidad para cursar el Máster y recursos económicos para ello (son más caros), es recomendable escoger aquel que imparta sus clases de manera presencial, ya que supondrá un mayor aprovechamiento y la posibilidad de crear una red de contactos con tus compañeros en el día a día.
Si compaginas los estudios con los trabajos o con el cuidado de tu familia, quizás te convenga matricularte en un posgrado online o a distancia, salvo que la organización de tu día a día te permitiera realizar un curso presencial. La ventaja de este tipo de formación es que, generalmente, puedes organizarte según tu criterio para estudiar asignaturas, realizar trabajos y prácticas, etc., lógicamente siempre dentro de los plazos que te marque cada uno de los profesores. El inconveniente es que la formación a distancia u online requiere mayor voluntad y disciplina por parte del alumno, pues la dejadez solo invita a no superar el curso.
Si tus circunstancias personales y/o laborales te lo permiten, puedes cursar un máster de derecho mixto, es decir, que combine las clases online con las clases presenciales, de tal manera que las clases presenciales se realizarán normalmente los viernes y los sábados (uno o varios al mes) y el resto de las tareas se realizarán de manera online.
4. VALORA LA DURACIÓN.
A veces, tratamos de buscar los Másteres que presenten una menor duración, pensando que cuanto antes acabemos, antes accederemos al mercado laboral. Sin embargo, esto puede ser un error garrafal porque si la duración es demasiado corta, no podremos afianzar demasiado los conocimientos o quizás no avancemos mucho respecto a lo ya estudiado durante la carrera universitaria.
La duración ideal de un Posgrado oscila entre 1 y 2 años, tiempo suficiente para asimilar los conocimientos adquiridos y para ponerlos en práctica, ya sea mediante simulaciones en las propias asignaturas o mediante prácticas externas.
Es importante que valores, además de la duración, las horas lectivas ya que hay masters más cortos temporalmente, pero en los que se imparten más horas, ya que están más concentradas.
5. ELIGE UN PROGRAMA CON PRESTIGIO.
Es aconsejable no solamente conocer qué Posgrados existen sobre aquello que quieres estudiar, sino también qué centros los imparten y valorar el grado de prestigio tanto de los cursos como de los centros.
No hay que juzgar por las apariencias, es decir, no debemos pensar de manera automática que los centros más prestigiosos son los privados y que los centros públicos ofrecen estudios de menor calidad. Existen Universidades y Centros de Formación que quizás no destacan en determinadas disciplinas, pero que, sin embargo, hayan obtenido algún tipo de reconocimiento en otras materias.
Para conocer qué centros y qué programas son los mejores en tu especialidad, lo más aconsejable es que preguntes a abogados que llevan años dentro de esa especialidad o a abogados más experimentados, simplemente agrega a LinkedIn a estas personas y pregúntales educadamente hasta que encuentres una respuesta.
Recuerda que en algunas empresas toman como referencia el Centro en el que has cursado tus estudios o el máster concreto que has estudiado o, al menos, le dan importancia a la hora de realizar el proceso de selección.
6. EL PROFESORADO: PROFESIONALES EN EJERCICIO.
El prestigio de un centro o de un programa en concreto viene dado por la calidad del claustro que imparte la materia.
En este sentido, un aspecto a tener muy en cuenta es el perfil profesional del profesorado. No es lo mismo que te imparta “Derecho procesal” alguien que nunca ha hecho un juicio que esa misma asignatura sea impartida por jueces, magistrados, abogados ejercientes, procuradores y fiscales. Es recomendable buscar en redes sociales como Linkedin el perfil de los profesores, para ver dónde trabajan y si son especialistas en el área en el que imparten formación, además puedes agregarles y preguntarles cuestiones sobre las que tengas dudas.
Recuerda que, durante el máster o posgrado, debes prepararte lo mejor posible para comenzar tu andadura en la vida real y que, cuanto más práctico sea el curso, podrás sentirte un poco más cómodo y seguro una vez comience tu andadura profesional.
7. BUSCA METODOLOGÍA PRÁCTICA.
Es preferible que la metodología empleada por el profesorado se base en la realización de casos prácticos, desde redactar un escrito de demanda o un escrito de acusación hasta la simulación de juicios o de situaciones reales con las que podemos encontrarnos en un futuro.
El máster no puede ser un año más de grado en derecho. Hay que dejar atrás las clases eminentemente teóricas (ya tenemos bastantes durante la carrera) y valorar más el aspecto práctico, que, al fin y al cabo, es lo que tendremos que aplicar en nuestra vida profesional.
8. LA EXIGENCIA ES IMPORTANTE.
La exigencia debe estar presente desde el inicio, es decir, desde el proceso de admisión de los alumnos. En este sentido, el centro debe ser riguroso en cuanto al perfil de estudiante que realiza sus posgrados, exigiendo un título universitario y un expediente académico que alcance una nota mínima (por ejemplo, notable), realizando incluso un proceso selectivo, así como una entrevista personal a los estudiantes que aspiren a ser admitidos.
Del mismo modo, la exigencia debe estar presente a lo largo de todo el curso, de tal manera que tanto el curso como el profesorado sean exigentes con los alumnos para conseguir que éstos trabajen y que realizar el curso no se convierta en un mero trámite para acceder a la profesión que quieren.
¿Qué ganas con un título si llegas luego a un despacho y no sabes hacer nada? En resumidas cuentas, el posgrado debe valerte para aprender; de nada sirve acumular títulos y títulos que añadir al CV si después no sabemos aplicar a nuestra vida profesional los conocimientos que nos impartieron.
9. ANALIZA LA EMPLEABILIDAD: BOLSA DE EMPLEO Y PRÁCTICAS EXTERNAS.
Un aspecto fundamental a tener en cuenta son las perspectivas profesionales y empleabilidad del máster, es decir, el nivel o la tasa/ índice de colocación del alumnado y cuáles y cuántas son las empresas e instituciones colaboradoras con el Máster.
De esta manera, sabrás si el programa que te planteas realizar cuenta con una bolsa de empleo o no; algo que puede ser de gran ayuda para obtener tu primer empleo tras finalizar los estudios.
Las prácticas son normalmente la vía natural de entrada al mercado laboral, un máster con una buena bolsa de prácticas y con empresas interesadas en sus alumnos es siempre muy interesante para el estudiante. Piensa ¿dónde están ahora las personas que hicieron este máster en el pasado? Y búscalas tú, normalmente los centros te presentan los casos de éxito, pero tu puedes indagar y conocer otras personas que también hicieron ese máster para tener distintas opiniones.
Si el posgrado no cuenta con una bolsa de empleo, es importante que te adelantes a la situación y asegures de poder realizar prácticas externas en alguna empresa, organismo o institución relacionado con tu área de especialización; prácticas que podrían convertirse en tu puerta al mundo laboral, ya que en no pocas ocasiones los alumnos que realizan prácticas en una empresa determinada, llegan para quedarse.
10. SE REALISTA
Antes de centrarnos en cualquiera de los criterios anteriores, debemos ser realistas y analizar nuestras capacidades, tanto personales como económicas.
No podemos aspirar a realizar un máster de derecho que nos exige dedicar diez horas de estudio a la semana si nuestra disponibilidad va a ser mucho menor (por trabajo, conciliación familiar, etc.) o nos cuesta mucho trabajo ponernos a estudiar. Si perseguimos un objetivo que para nosotros es inalcanzable, perderemos el tiempo.
De igual modo, es importante conocer con qué presupuesto contamos para costear nuestro máster. Es probable que conozcamos un posgrado brillante que nos encantaría cursar y que, sin embargo, no podamos permitírnoslo. Valóralo antes de hacerte ilusiones que pueden caer en saco roto, pero tampoco olvides que existen becas públicas y privadas que pueden contribuir a realizar la formación que deseas; incluso algunos centros universitarios tienen su propio programa de becas.
En cuestiones económicas es importante valorar el esfuerzo económico que supone para ti o tu familia un máster y lo claro o no que tienes la especialidad que te gusta. Un máster bueno es una inversión, pero se recomienda ser consciente de nuestras limitaciones, se puede llegar al mismo sitio por otras vías o por diferentes itinerarios formativos. Además, ten en cuenta que, más que el precio en general del máster lo importante es el precio en comparación con el número de créditos y de horas.
CONSEJO IMPORTANTE: Los másters que te ofrecen prácticas obligatorias son los primeros interesados en colocarte unas prácticas, pero ojo, no a cualquier precio. Si sientes que esas prácticas no son tu sitio o no te sientes cómodo no las aceptes y espera, que llegará tu momento. Es muy normal que el estudiante, si aplica a varios sitios de prácticas y le rechazan tenga ansiedad y acabe aceptando prácticas por miedo a quedarse sin nada. Nuestro consejo es siempre que esperes, y más si has hecho un esfuerzo económico importante. Y, aunque normalmente no ocurre, si la persona dentro del centro encargada de asignarte prácticas te presiona ponte firme ya que está en juego tu futuro. No eres alguien más para hacer un check de “este ya tiene prácticas, uno menos”.