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CURIOSIDADES

Desafíos y avances en igualdad de género en el sector legal

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Publicado

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Irene Jiménez Martínez. Máster de Acceso a la Abogacía por la Universidad Complutense de Madrid y Graduada en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad Pablo de Olavide.

El pasado 7 de septiembre se celebraba la apertura del año judicial 2023-2024, momento que nos dejaba la siguiente imagen: una Sala de Gobierno de nuestro Tribunal Supremo con nueve hombres, y tan solo una mujer.

El trabajo, constancia y actitud para conseguir la igualdad de género en el sector legal están dando sus frutos, pero aún nos encontramos con algunos obstáculos en este camino, sobre todo a la hora de acceder a puestos de responsabilidad.

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En este artículo veremos algunos de los desafíos, pero también de los avances y oportunidades que hemos conseguido en igualdad de género en el sector legal.

 

DESAFÍOS

Empezaremos por los desafíos o retos, entre los que me gustaría destacar:

 

  • El síndrome de la impostora

Un importante desafío en materia de igualdad de género dentro del sector legal al que todavía nos enfrentamos ―aunque cada vez menos― es la poca presencia de mujeres en cargos de responsabilidad. A día de hoy, aunque vemos socias al frente de despachos o abogadas dirigiendo equipos, sigue siendo un porcentaje lejos de alcanzar una igualdad real.

En el estudio publicado en 2020 por Women in a Legal World junto con ESADE, sobre Mujeres Juristas en los Consejos de Administración del Ibex 35, podemos ver cómo “los roles de relevancia ocupados por consejeras juristas son menores que los asignados a consejeros juristas”. Concretamente, tan solo un 14% de las Presidencias de Consejos de Administración en el Ibex 35 están ocupadas por mujeres, siendo este porcentaje de un 20% en el caso de la Vicepresidencia del Consejo.

Entre los diferentes motivos que ocasionan esto podríamos destacar muchos, pero hay uno que sobresale: el síndrome de la impostora.

¿Qué es el síndrome de la impostora? No es más que una falta de autoestima y confianza en nosotras mismas, que nos hace dudar constantemente de nuestro potencial como profesionales, y creer que no merecemos los éxitos que podamos obtener. Nos hace creer que aquello que conseguimos no es más que puro azar, pura suerte y no nuestro propio mérito. El infravalorarnos y convencernos de que no somos merecedoras de ese puesto, nos hace, en multitud de ocasiones, no intentar siquiera llegar hasta él.

 

  • Dificultades para conciliar

Otro motivo relevante que causa una desigualdad en el ámbito jurídico pueden ser las dificultades existentes para conciliar la vida profesional y la personal: clientes cada vez más exigentes, asuntos internacionales que obligan a adaptar los horarios de trabajo por las distintas franjas horarias, objetivos ambiciosos, entre otros, hacen que, sin las medidas paliativas adecuadas, las mujeres en ocasiones tengan que elegir entre su carrera profesional y la personal, siendo complicado compaginar ambas.

Con el fin de solventar esta situación, las empresas e instituciones, cada vez más, instauran medidas que evitan que se produzcan estas decisiones.

 

  • La brecha salarial

Todo lo anterior se traduce, de forma inevitable, en una diferencia salarial entre géneros. Para paliarla, podrían ser clave, entre otras propuestas, las siguientes:

– Dar motivación y apoyo a las compañeras tanto en las instituciones como en los despachos profesionales para que se dediquen a las especialidades de su preferencia, sin poner el foco en que estén mayoritariamente formadas por hombres o no; y

– el reparto de los asuntos de una forma equitativa para que este problema cada vez sea más residual.

 

AVANCES

No obstante, contamos con multitud de avances que han contribuido a lo largo de los últimos años a que el papel de la mujer cada vez tenga un peso mayor en el nuestro sector. Me gustaría hablar sobre tres de ellos:

 

  • El teletrabajo

Sin duda la posibilidad de teletrabajar es uno de los grandes aciertos a la hora de progresar en lo que a conciliación se refiere, solucionando así gran parte del segundo problema planteado en este artículo. La pandemia ocasionada por el COVID-19 aceleró la implantación de esta nueva forma de trabajar a la que el mundo legal aún se resentía, y que ahora está demostrando que los resultados pueden conseguirse de la misma forma que con el trabajo presencial.

Un modelo híbrido de trabajo hace posible compatibilizar la vida familiar con el ámbito laboral, sin tener que renunciar a ninguno de ellos, y pudiendo obtener así la visibilidad necesaria a la hora de acceder a puestos de responsabilidad.

 

  • Los sistemas de cuotas

A pesar de los planes de igualdad de los que ya disponen muchas de las empresas y grandes firmas, sigue siendo necesario garantizar un porcentaje mínimo de presencia femenina en las altas esferas.

Para conseguir este objetivo aparecieron los sistemas de cuotas, una medida que, con carácter temporal, trata de poner fin a la desigualdad en Consejos de Administración, Comités de Dirección y, como apuntaba en las primeras líneas de este artículo, en los puestos de poder dentro de la Judicatura. Esto podría dar respuesta al síndrome de la impostora que sufren muchas mujeres juristas al ver como otras compañeras sí alcanzan puestos de gran responsabilidad y generando una mayor confianza en ellas mismas.

 

  • Los programas de Mentoring

También en línea con el primero de los desafíos, aparece este magnífico avance. Mediante estos programas promovidos por algunas asociaciones y universidades, así como por despachos y empresas ―sobre todo para sus abogadas seniors―, se pone en contacto a las juristas más jóvenes con abogadas y juristas veteranas que nos pueden orientar acerca de cómo enfocar nuestra carrera y cómo superar estos inicios que, en el ámbito jurídico, pueden ser muy duros.  Es muy importante que entre nosotras generemos una red de apoyo para los momentos en que pueda ser necesario, y, por qué no, para compartir nuestros logros y experiencias.

 

En definitiva, y siempre acercándonos desde un prisma optimista, la clave para prosperar dentro de la abogacía, y del sector legal en general, no es otra que el esfuerzo y la perseverancia. Promover la formación de las generaciones más jóvenes, y no dejar de realizar una labor de sensibilización acerca de todo lo que hemos conseguido para que estas se encuentren motivadas a seguir avanzando.

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