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EMPLEO Y CARRERA PROFESIONAL

Curriculum, proceso de selección y entrevista

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De las mayores incertidumbres que surgen cuando estudias la carrera es, ¿y después qué?, uno de los aspectos positivos del derecho es la infinidad de salidas profesionales que alberga y a las cuales podemos dedicarnos tras finalizar nuestros estudios de grado, hay profesiones hegemónicas en el mundo jurídico, pero no todo se queda en la abogacía o la judicatura. Para insertarnos laboralmente en el mundo jurídico, y debido a la infinidad de trabajos que podemos ejercer, hemos de marcarnos un objetivo profesional, y hacer una especie de labor introspectiva para averiguar qué puesto se adecúa más a nuestras aptitudes, vocación, aspectos de mejora o intereses, para más tarde barajar qué opciones tenemos en relación a nuestro trabajo de ensueño.

 

CURRÍCULUM VITAE

El currículum es una de las herramientas más utilizadas para la consecución de un fin profesional. Los hay de todo tipo (cronológico, cronológico inverso, video currículum, funcional, europeo, digital…), y sin duda es el documento que te hará llegar o no al proceso de selección, precisamente por ello debe ser adaptado al perfil que ofreces, o bien a la oferta de trabajo a la que te dirijas. Cuanto más personalices tu currículum, más atractivo lo harás, ten en cuenta que todo proceso de selección lleva inherente la existencia de varios candidatos que están en tu misma situación. Aspectos como la organización, distribución, formalidad, imagen o palabras clave, pueden marcar la diferencia.

La base de todo currículum es racionar la información que queremos dar sobre nuestra persona en un corto espacio, donde queremos contar quienes somos, nuestra experiencia, habilidades, y todo ello de forma más adecuada para conseguir nuestro futuro empleo.

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¿Qué campos son obligatorios y cómo deberíamos plasmarlos?

1. Datos personales: Normalmente los datos personales se incluyen en la parte superior del documento, es ahí donde debes añadir tu nombre, apellidos y contacto, bien a través de tu teléfono móvil, de tu correo electrónico y/o de alguna red social que se asocie a un perfil de empleo. Un consejo acerca de esto es no emplear correos electrónicos informales, o brindar tu usuario de redes personales, como Facebook o twitter. El currículum será siempre la primera impresión que tengan sobre ti.

2. Formación: Siempre es vistoso, añadir los años en que has desarrollado ambas formaciones y la entidad que las ha impartido.

Formación académica: Es aquí donde deberás poner tus estudios de grado, obviándose los demás estudios reglados, como la educación obligatoria. Pese a ello, si tienes algún aspecto que destacar de tus anteriores etapas académicas (por ejemplo, has realizado la enseñanza obligatoria en otro idioma, o en una modalidad bilingüe), no está demás que lo añadas. La formación académica no incluye cursos, conferencias u otras actividades que pese a brindarte una titulación no encajan en el presente apartado.

Formación complementaria: Aquí si interesan aquellos cursos, formaciones o titulaciones alternativas, que a la par de adecuarse a la oferta a la que te diriges, estén impartidos por organismos oficiales y diferencien tu perfil. Ten en cuenta que siempre habrás de certificarlos.

3. Experiencia profesional: Es otro de los campos que debes destacar. A priori parece que la única experiencia que interesa es la que tiene que ver con el sector al que te diriges, pero, por ejemplo, añadir que has trabajado en una tienda de ropa o en una cafetería, podría ofrecer sobre ti una imagen comprometida y con habilidades sociales.

4. Competencias y objetivo profesional: Añadir un apartado acerca de tus virtudes profesionales puede ayudarte a ajustar aún más tu perfil hacia la deseada meta, al igual que plasmar tu objetivo profesional, tu vocación y en definitiva qué estás buscando.

5. Idiomas: No solo puedes añadir el apartado de idiomas si tienes un título que lo cerciore. De hecho, en caso de tener un título de capacitación deberás ponerlo con la misma metodología que se sigue para expresar tu formación académica o complementaria. Eso sí, no mientas, siempre es recomendable quedarse corto, por ejemplo, si añades que tu nivel de inglés es conversacional, ten en cuenta que podrán preguntártelo en la entrevista.

6. Otros datos adicionales: A veces es atractivo añadir otros datos según a la oferta a la que nos estemos dirigiendo. Por ejemplo, podemos añadir si tenemos carnet de conducir, vehículo propio, o incluso un apartado acerca de nuestros conocimientos sobre informática.

El currículum puede venir acompañado de cartas de presentación y/o recomendación. En la primera, nos presentamos de acuerdo a los datos consignados en el currículum, nos extendemos algo más redactando sobre nuestra persona e interés sobre el puesto ofertado por el empleador, dirigiéndonos siempre a quien vaya a recibirla. La segunda, sin embargo, es aquella que redactan nuestros empleadores, profesores o personas que hayan tenido una relevancia en antiguos trabajos o labores, ofreciendo datos sobre ti y vuestra antigua relación profesional, y por supuesto, recomendándote a potenciales seleccionadores.

El currículum, no solo sirve para dirigirte a una oferta laboral, también te lo pedirán para entrar a cursar ciertas ofertas académicas como máster o doctorado, donde es especialmente importante contar con ciertas recomendaciones.

 

EL PROCESO DE SELECCIÓN

En el proceso de selección el empleador buscará encontrar a la o las personas más aptas para desempeñar el puesto de trabajo vacante. Es por ello, que las pruebas que habrá que pasar para llegar al final, variarán en función de la oferta a la que se dirija.

  1. Normalmente, se reclutan unos cuantos candidatos para que pasen las fases prescritas por la empresa, a través de muchos medios posibles, como tu perfil profesional en una red de trabajo, a través de tu red de contactos, de una auto candidatura o de una captación por los RRHH de la empresa o entidad.
  2. En la preselección, tu currículum será tu salvavidas, es ahí donde juega un papel importante, y supondrá que la empresa quiera saber más de ti o rechace el perfil que ofreces.
  3. Adicionalmente, algunas entidades pueden hacer pruebas grupales (para demostrar cómo es tu metodología de trabajo en equipo), test psicotécnicos o pruebas de personalidad, para evaluarte.
  4. La última fase de cualquier proceso de selección suele ser la entrevista, si has llegado hasta aquí, es buena señal.

LA ENTREVISTA

La entrevista es la prueba principal del proceso de selección, mediante la cual se establece un vínculo comunicativo, entre el seleccionador/a y el seleccionado/a. En ella no solo te podrán hacer preguntas, sino también alguna prueba de capacitación, como una conversación en un idioma añadido en tu currículum, aunque podrá variar en función del tipo de entrevista en el que te sitúes, según el tipo de personas intervinientes o la técnica empleada.  En este paso podrás demostrar tu capacitación profesional, mostrar el perfil deseado, y suministrar información más amplia, de manera fluida y natural.

Algunos consejos para preparar una entrevista son:

  1. Prepara tu imagen de acuerdo al grado de formalidad exigido, y evita prendas que delaten aspectos personales como el escudo de un equipo de futbol, o el logo de un partido político. Has de intentar que tu imagen sea lo más neutral posible, nunca sabes a quien te diriges, y tu fin debe ser transmitir una imagen profesional y objetiva.
  2. La comunicación no verbal es tan importante como la verbal. Si tus ojos, manos, pies o cualquier parte de tu cuerpo dicen algo distinto a lo que dicen tus palabras, estarás haciéndote un flaco favor. Intenta no mirar el reloj durante la misma, bostezar, cambiar constantemente tu postura o no mirar a los ojos del/ la entrevistador/a, el lenguaje no verbal, supondrá más de un 70% de la comunicación en este corto espacio de tiempo. Respecto de tus palabras o comunicación verbal, adecua tu lenguaje a la persona a la que te dirijas en función de formalidad requerida, trata de no dar datos personales que no tengan que ver con el puesto de trabajo y sobre todo recuerda que no tienes por qué responder a preguntas que comprometan a tu persona y no tengan ninguna relación con el cargo a desempeñar. Es sabido que hay preguntas prohibidas, como ¿estas casado/a?, ¿piensas tener hijos próximamente?…
  3. Evita ser impuntual. Si en la primera toma de contacto con el seleccionador, empiezas faltando al horario pactado, no será un punto a tu favor para ser seleccionado.

Tras culminar la entrevista, lo más usual es que te dejen preguntar aspectos no esclarecidos durante el proceso, es aquí donde con cierto tacto puedes preguntar sin olvidar el toque formal requerido.

En definitiva, buscar el trabajo de ensueño no es un camino sencillo, pero tener siempre en mente tus metas y dedicarles el tiempo que necesitan, te ayudará a conseguir tu objetivo, tenlo por seguro. “El que algo quiere, algo le cuesta”.

Autor: Ana Torrecillas Martínez. Graduada en Derecho por la Universidad de Valencia, actual alumna de Máster en Derechos Humanos, Democracia y Justicia Internacional.

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