El currículum perfecto no existe, ya está, fin de la entrada de hoy.
¿Estoy siendo demasiado drástico? Es posible. De acuerdo, puede que exista un sinfín de currículos perfectos, pero desde luego no sólo uno.
Ahora en serio, ¿cuándo te presentas ante alguien por primera vez lo haces siempre de la misma forma? ¿A qué no? Dependerá mucho de las circunstancias, el contexto e incluso del momento del día. No es lo mismo una reunión de empresa, que en un plan con los amigos.
Bueno o quizás sí, hay empresas por ahí muy “molonas”.
NO PONGAS NADA QUE NO QUIERAS QUE SE SEPA
Si hubiese un código o un reglamento oficial sobre cómo rellenar un currículum, esa sería la primera norma de todas.
Parece obvio ¿verdad?
Si no te sientes cómodo hablando sobre una experiencia o formación concreta es mejor que la omitas, porque lo más probable es que, si pasas la criba curricular, luego te pregunten sobre ello. Si consideras que ese elemento es demasiado importante como para omitirlo, prepara con antelación las respuestas a las posibles preguntas.
¡Apréndelas de memoria! Mejor eso a que te quedes bloqueado en mitad de la entrevista.
¿Quieres saber cuál sería la segunda regla?
No pongas formaciones o cursos inacabados. ¿Nunca? Nunca.
Añadiría una pequeña excepción en el caso de los idiomas, porque muchas empresas toman el titulo como algo supletorio. Siempre que seas capaz de defenderte hablando ese idioma, por supuesto.
¡Pero yo tengo dos años acabados de la licenciatura de derecho! Como si son tres. Incluso aunque lo hubieras terminado, las ciencias jurídicas exigen una dedicación y reciclaje de conocimiento casi diario. De hecho hoy en día es rara la profesión que no requiere de un aprendizaje constante.
¿Te confío un pequeño secreto? Muchos departamentos de recursos humanos tienen la regla no escrita de no contratar a nadie que lleve más de dos años sin tener contacto con la profesión para la que postula.
EMPLEA CONCEPTOS BÁSICOS DE MARKETING Y DEFINE TU “TARGET”
Te diré algo, odio el Marketing.
En realidad me encanta, pero me molesta que lo traten de meter con calzador a todo lo habido y por haber. De todas formas, es una buena estrategia estar familiarizado con los conceptos básicos, ya que cada vez más se usan en la búsqueda de empleo y el diseño del curriculum vitae (CV en adelante).
Bien, pero ¿qué es el target? Tu objetivo. Ni más ni menos, ese del que siempre te hablo y repito en cada una de mis publicaciones. Imagina que sólo pudieras enviar un único currículum en tu vida. Tu única “bala”. ¿A qué empresa elegirías?
Claro, la realidad es un poco más distinta. Pero mi consejo es que te centres en un sector concreto, y trates de detectar cuáles son las características que tienen en común las empresas que lo componen. Cuanto más concreto seas, mejor perfilado y adaptado estará tu CV a las ofertas.
¿Y si estoy interesado en dos sectores?
Dos tipos distintos de currículum. Y si fueran cien, pues cien. Aunque te recomiendo que te centres en un par como mucho. La clave está en el foco.
¡Repite conmigo! ¡Foco! ¡Foco!
Por otro lado, sería interesante que conocieras la misión, visión y valores de cada una de las empresas o despachos a los que quieres enviar tu currículum. Normalmente, esta información suele incluirse en la portada de la web corporativa en forma de “narración”, o incluso por apartados bien definidos.
¿Mucho esfuerzo? Por supuesto. No te van a abrir la primera puerta a la que llames. Tendrás que ir mejorando y puliendo cada vez más el formato hasta que des con el que te funciona a ti y sólo a ti.
¿Entiendes ahora cuando he dicho que el currículum perfecto no existía?
Por último, no puedo cerrar éste punto sin hablar de lo que es un DAFO. Un análisis DAFO es una herramienta usada para analizar a grandes rasgos la situación interna y externa de una empresa u organización.
A modo de resumen muy esquemático sería algo así:
D: Debilidades. Se refiere a problemas o deficiencias que la empresa padece, como por ejemplo un servicio informático obsoleto.
F: Fortalezas. Todas aquellas ventajas competitivas que la diferencia de su competencia. Locales modernos, una atención al cliente excelente, etc.
A: Amenazas. Sería una amenaza, todo elemento externo a la empresa que puede poder en peligro su supervivencia. Un ejemplo muy claro sería la competencia, pero también podría darse el caso de que un cambio en el entorno lo pusiera todo patas arriba.
O: Oportunidades. Al igual que el anterior punto, son cambios que suceden en el exterior de la organización, pero que pueden suponer un impacto positivo. Por ejemplo que el producto o servicio que ofrecemos se popularice y aumente la demanda.
¿Por qué te suelto todo este rollo? Porque es importante que lo sepas, no de cara a analizar cada uno de los despachos y bufetes. Sino de cara a que cojas una hoja de papel y hagas un DAFO, pero de ti mismo.
¡Como lo oyes, también funciona con personas!
El DAFO aplicado para candidaturas requiere una explicación más profunda, así que me lo apunto para la próxima. De momento te dejo AQUÍ uno que escribí hace algún tiempo y que resume muy bien ese aspecto.
No me juzguéis con demasiada severidad, era joven… tres años hacen mucho.
ENGAÑA A LOS FILTROS
Engañar es una palabra muy fea, así que la cambiaremos por otra.
“Engatusa a los filtros.”
Sí, mucho mejor.
No sé si recuerdas que en el post anterior mencioné algo de unos filtros malignos y sin escrúpulos que leen tu currículum y lo descartan sin que llegue a las manos del reclutador. De hecho lo dejé como pendiente y prometí hablar de ello en otro momento.
Pues ese momento ha llegado.
Cuando hablo de “filtros” no me refiero a los que pueda solicitar la empresa a través de las llamadas “killer Cuestions” sino a los llamados “filtros de A.T.S (Applicant Tracking Systems), que viene a significar algo así como “voy a fingir que no te he visto”, o el clásico silencio administrativo.
Lo que hacen estos Software es “leer” el documento en busca de palabras concretas que la empresa ha definido previamente.
¿Y cuáles son esas palabras mágicas? Ahí está el problema que para cada oferta son distintas.
A ver si te suena esto:
“Empresa en expansión busca persona dinámica, alegre y comprometida, que además le guste el trabajo en equipo para trabajar en un turno de noche en una gasolinera.”
Vale, lo he exagerado bastante, pero seguro que te suena un poco. Son esos textos digamos “creativos” que suelen encabezar el anuncio. A veces incluso también se mezclan entre los requisitos del puesto para hacer más dinámica y atractiva la oferta. Por ejemplo:
“¿Sientes pasión por el mundo del derecho laboral? ¿Te sientes cómodo trabajando en un ambiente dinámico y rodeado de un equipo comprometido? ¿Eres organizado, creativo y no te da miedo a asumir nuevos retos? ¿Puedes aportar 2 años de experiencia? Y lo más importante ¿Estarías dispuesto a dejarte encadenar a la pata de un escritorio de roble?
¡Pues eres nuestro candidato estrella!”
Si quieres hacerlo bien, te recomiendo que busques ofertas similares y vayas extrayendo aquellas palabras que se repiten. Cuando tengas unas diez o quince, incluye aquellas con las que te sientas más cómodo en el extracto de tu currículum.
Sí, has leído bien. El extracto. Todo buen currículum (que no perfecto) debería empezar con una pequeña presentación de no más de ocho o diez líneas, dónde nos presentamos a la empresa a la que postulamos.
Sería algo parecido a hacer un “Elevator Pich” (creo que se me está acumulando el trabajo).
Lo importante de todo y a lo que tienes que prestar más atención es que esas palabras mágicas, denominadas “Key Words” deben aparecer en el resumen que hagas de ti. El arte de hacerlas encajar sin que parezca una partida de Scrabble es otro tema.