Conviértete en un solucionador de problemas. Por Emma Hakobyan

Emma Hakobyan. Abogada. Vicepresidenta de la comisión de Justicia Penal Internacional y Derechos Humanos del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona.

Empieza creando tu empresa jurídica, con vocación y visión. El primer paso es armarte de valor. El segundo decidir la forma jurídica que has de adoptar: empresa o bien autónomo. Ya estás preparado para empezar a materializar tu visión empresarial, seguimos con la consolidación y expansión de tu marca. Algunos consejos sobre el ejercicio profesional por cuenta propia:

• Analízate: reconoce tus virtudes y explótalas al máximo.

• Define y crea una marca que armonice con tu personalidad: crea un logo, una página web, y diseña una identidad digital que se adecue a ti, y con la que te sientas identificado. No te copies de nadie, crea una marca tuya.

• Crea protocolos de actuación interna: firma una hoja de encargo con todos tus clientes, un acuerdo de confidencialidad y protección de datos con tus colaboradores.

• Sé claro y transparente: te encontrarás con muchos “actores desvalidos” que interpretan un papel para alcanzar sus objetivos empresariales sin respeto por la profesión. Desmárcate y crea un camino que sea tuyo; con dignidad, pasión y entrega con tu trabajo y tus defendidos.

• Cuida tu imagen: demuestra respeto por la profesión y por ti mismo, teniendo una imagen pulcra y elegante.

• Mantente actualizado: Consulta el BOE diariamente, inscríbete en editoriales jurídicas.

• Construye una red de aliados: allá dónde vayas construye una red de aliados en la profesión con los que puedas compartir ideas, colaborar en diferentes casos, e incluso llevar una co-defensa.

• Vuélcate en la persona que te confía su futuro: tu única meta, tu único objetivo es focalizarte en solucionar los problemas de una persona que te confía sus secretos, aquello que le quita el sueño, y aquello le inflige un daño moral. Centra tus conocimientos, y todos tus recursos en solucionar su problema.

• La especialidad es un mito. Soluciona problemas: un buen abogado tiene que conocer el derecho en general, y antes de centrarse en una rama concreta en la que se encuentre cómodo tiene que conocer varias ramas del derecho. Todo ello nos permitirá ofrecer una solución más rápida y adecuada a nuestros defendidos, debido a que tendremos una visión global sobre el asunto.

• Nada es personal, céntrate en hacer lo que toca: cualquier resolución sobre un caso, no es definitiva. Es importante que te centres y enfoques en la mejora continua de tus habilidades técnicas, y empáticas para que una victoria grande no frene para continuar creciendo y aprendiendo.

• Trabajas por y para tu defendido: intenta no equiparar tu ego al de aquellos profesionales que pretenden acaparar atención que no les toca. Si una persona te cede la defensa de sus intereses, tu trabajo es la defensa de sus intereses. Tu objetivo no es ser exitoso a costa de las desgracias e infortunios ajenos, es el uso de tu don para ofrecer una segunda oportunidad a una persona que cree que la ha perdido.

• Ten hobbies y nunca confíes en una persona que no los tiene: busca aficiones para estar conectado contigo mismo y tener temas de conversación interesantes que mantener. No te conviertas en una persona aburrida que se refugia en el trabajo porque no es capaz de mantener una conversación o diversión interna.