Una de las asignaturas más importantes del Plan de Estudios de toda carrera universitaria y Máster es el Trabajo de Fin de Grado o el Trabajo de Fin de Máster, respectivamente.En la mayoría de los casos, son los primeros trabajos de investigación a los que se enfrenta un estudiante, por lo que es bastante común que nos sintamos perdidos en cuanto al tema a elegir, a la forma de estructurar el contenido, al estilo de citas que tenemos que utilizar…
Aunque a todo estudiante se le asigna un tutor que puede orientarle, a continuación, os contamos algunos consejos para que enfrentarte al TFG o al TFM no suponga un reto más complicado que el hecho de enfrentarte a cualquier otro examen o asignatura y puedas sentirte seguro durante todo el proceso de elaboración del trabajo; al fin y al cabo, probablemente sea tu primera o una de tus primeras creaciones intelectuales.
Elección del tema
No es una cuestión baladí, ya que no se trata simplemente de decir, por ejemplo, “quiero hacer el trabajo sobre el proceso penal”, sino de especificar aún más cuál será el tema principal del trabajo.
Cuanto más general sea el tema, más costoso resultará abarcar con profundidad, con sentido crítico y con una perspectiva práctica todos los contenidos que tenemos en mente.
Afortunadamente, el Derecho da mucho de sí, está presente en todas las actividades de la vida cotidiana y en todos los sectores comerciales y profesionales, por lo que ofrece la posibilidad de crear un trabajo realmente original y novedoso.
¿Cómo elijo el tema? Es posible que, al principio, tengas innumerables dudas sobre la materia sobre la que investigar y escribir. Por eso, y antes de rellenar la documentación que requiera la Universidad o el centro formativo en cuanto a la elección de temas y tutores, es aconsejable reflexionar sobre qué rama del Derecho nos resulta más atractiva, y dentro de ésta, qué es lo que más nos llama la atención o lo que más nos gusta, teniendo en cuenta que tendrás que realizar una importante tarea de búsqueda e investigación.
Una vez hayas escogido rama jurídica y área concreta de la misma, algunas de las técnicas que puedes utilizar son:
- Brainstorming, es decir, la lluvia de ideas. Anota todas las temáticas que se te ocurran, ya que algunas quizás las descartes desde el mismo momento en que las piensas, pero pueden llevarte a otra idea que finalmente te guste.
- Consulta otros estudios, proyectos o relaciones bibliográficas sobre la materia. Quizás, el título de alguno de estos trabajos o algún apartado de su índice pueda llevarte a tu “idea estrella”.
Marca tus objetivos
La elección del tema probablemente haga surgir varias preguntas que quieras responder a lo largo de tu trabajo e incluso puede ayudarte a reparar en aspectos prácticos que merece la pena destacar, ya sea para otorgarles reconocimiento o incluso para realizar críticas y aportar nuevas soluciones.
Por eso, es fundamental que determines qué objetivos persigues con tu trabajo, a dónde quieres llegar, qué impresión quieres causar en el lector (tutor, tribunal evaluador, público en general…), qué reacción quieres provocar en ellos, etc.
Por ejemplo, tu intención puede ser dar a conocer la respuesta que darías tú ante un problema práctico que afecta a la vida profesional de uno o varios operadores jurídicos; otra posibilidad es que quieras hacer reflexionar al lector sobre aspectos concretos del tema que planteas.
CONSEJO: Es muy importante analizar qué cuestiones dentro de la especialidad están de más actualidad o nos pueden aportar empleabilidad en el futuro. Si tu idea es trabajar en el área de nuevas tecnologías de una firma, será más interesante investigar sobre una cuestión novedosa sobre la que no haya mucho escrito. Por ejemplo, es mejor que elijas que tu TFM sea sobre “Blockchain y protección de datos” que sobre “Derecho Civil Aragonés”.
Con ello, quizás comiences una línea de investigación que, con el tiempo, te lleve a escribir artículos o libros sobre el tema, realizar colaboraciones con expertos y profesionales dedicados a la materia o incluso continuar con un doctorado.
Organización y planificación
Una vez tienes claro cuáles son tus objetivos, es imprescindible que elabores una planificación del proceso de elaboración del trabajo y que organices las tareas según la importancia de estas, del tiempo que debas emplear en ellas, etc.
Para ello, puede ser muy positivo acordar con el tutor un calendario de entregas. Por ejemplo, puedes concretar una cita con tu tutor para comentar los apartados que te gustaría que tuviera tu trabajo y, a partir de ahí, marcar las fechas de entrega de cada uno de los apartados o directamente fijar un día para enviar el trabajo completo.
Ten en cuenta que si acordáis esta última opción (enviar directamente el trabajo completo), debes ser especialmente constante, ya que corres el riesgo de que, ante el periodo de tiempo que tienes por delante, aplaces las tareas y acabes procrastinando, es decir, dejándolo todo para el último día, algo que, desde luego, no traerá buenos resultados.
Busca bibliografía
El TFG o TFM es, como decíamos, un trabajo de investigación. Esto inevitablemente requiere buscar recursos de información fiables y actualizados; no tienen por qué ser exclusivamente recursos de lectura y en papel, sino que puedes utilizar libros y artículos digitales; vídeos y documentales interesantes sobre el tema elegido; jornadas, seminarios y ponencias a los que asistas; entrevistas con profesionales y expertos en la materia; jurisprudencia tanto nacional como comunitaria e internacional (para lo cual, es altamente recomendable utilizar y familiarizarse con las bases de datos); etc.
Para comenzar, el tutor puede recomendarte algunas referencias bibliográficas que te den el impulso que todo estudiante necesita en estas circunstancias y, a partir de ahí, extraer ideas, comenzar a escribir, consultar otras publicaciones de los mismos autores…
Es muy importante que las ideas que plasmes en el trabajo puedan estar correctamente citadas y que no acudas única y exclusivamente a los autores o documentos que comparten tu punto de vista; de hecho, es probable que tu valoración mejore si incluyes opiniones de todos los gustos, apoyando aquellas con las que estás de acuerdo y rebatiéndolas en caso contrario, pero siempre utilizando argumentos que apoyen tu criterio.
Da prioridad a la práctica sobre la teoría
Una de las críticas más habituales de los estudiantes de Grado y de Máster es el enorme calado teórico inherente a las asignaturas de cada curso, pues es mucho más interesante para el alumno y más provechoso para su futuro profesional conocer los aspectos prácticos, aunque siempre deban impartirse ciertas nociones teóricas.
El TFG o el TFM son la oportunidad perfecta para investigar sobre la parte práctica; de hecho, es probable que te ayude a comprender mucho mejor la teoría que ya has estudiado.
Existen muchas opciones para que tu trabajo se convierta en un proyecto práctico: puedes utilizar una base más teórica y aplicar casos reales que permitan conocer de qué manera se aplica esa teoría a la práctica; puedes analizar jurisprudencia, que no es otra cosa que casos que nos podemos encontrar en la vida real; puedes directamente investigar y estudiar sobre temas prácticos (por ejemplo, el uso de drones para utilizar pruebas, la labor de los detectives en procedimientos de familia y laboral…).
Para conseguir este carácter práctico, puedes entrevistarte con expertos en la materia, acudir como espectador a los juicios que se celebran a diario en los Juzgados, asistir a ponencias sobre el tema de tu trabajo que tengan como objetivo tratar aspectos prácticos…
Aporta valor
No te limites a plasmar en tu trabajo las ideas de otros autores y el contenido ya publicado anteriormente; aporta propuestas, ideas novedosas, opiniones personales, amplía lo que ya se ha dicho y escrito sobre la materia, relaciona el tema de tu trabajo con otras ramas del Derecho con las que se encuentre vinculado…
Incluso, puedes elaborar tus propios cuestionarios o entrevistas y difundirlos entre tus contactos y redes sociales, de tal manera que te permitan introducir, a partir de una muestra amplia, un análisis práctico y real de la materia y que resultarán, en todo caso, novedosos y originales, pues son de tu propia creación.
Un trabajo que se limita a contar lo ya existente resultará aburrido al tribunal y cualquier lector que se precie y que tenga ciertos conocimientos en la materia. Sin embargo, el trabajo puede resultar mucho más atractivo y, por tanto, ayudarte a conseguir una mejor calificación, si añades valor, si a lo largo de las páginas se puede percibir tu marca personal.
Ten en cuenta la actualidad
Puede que sobre el tema que has escogido se haya escrito y hablado en infinidad de ocasiones y desde hace décadas. Incorpora el tratamiento que esta misma materia recibe en la actualidad, analiza su evolución, rescata ideas positivas que desaparecieron o critica aspectos que a día de hoy se aplican y que, sin embargo, te parecen contraproducentes.
Respeto
Parece una cuestión lógica y que ni siquiera debería mencionarse, pero es muy importante que, a lo largo de tu trabajo, muestres respeto hacia tu tutor, hacia el tribunal evaluador, hacia los potenciales lectores de tu trabajo, hacia los autores citados a lo largo del mismo y hacia el tema escogido.
El hecho de incorporar críticas, de aportar tu visión personal y de querer ser novedosos y original no puede traducirse nunca en faltas de respeto, en expresiones malsonantes u ofensivas o en reflexiones desde un prisma de superioridad que puedan afectar negativamente a los destinatarios del trabajo.
Cuida tu lenguaje. Se puede decir lo mismo, de una manera mucho más cuidada y respetuosa.
¡Cuidado con el plagio!
Esta es una de las cuestiones que más preocupa a los estudiantes.
Es cierto que muchos trabajos consisten en un copia-pega de información de diferentes fuentes, algo que lógicamente terminará siendo sancionado. Sin embargo, puede ocurrir que, en algún momento, nos hayamos olvidado de citar correctamente o de realizar las reseñas correspondientes. Por eso, es aconsejable seguir las instrucciones que nos facilitan antes de comenzar el trabajo para aplicar correctamente las reglas recomendadas o exigidas a la hora de citar, revisar varias veces el trabajo y comprobar la bibliografía utilizada.
Aun así, es probable los programas que se utilizan para determinar el nivel de plagio detecten expresiones o frases que aparecen en otras publicaciones. Que no cunda el pánico; siempre se establece un porcentaje a partir del cual se considera que el trabajo ha sido copiado de otro u otros, por lo que si no superamos dicho porcentaje, podemos estar tranquilos. La parte negativa es que tú no conocerás ese nivel de plagio antes de entregar el trabajo.
No te olvides de la defensa
A día de hoy, prácticamente en la totalidad de Universidades y de centros de formación postuniversitaria se prevé la defensa oral del TFG y del TFM, bien en todos los casos o a partir de una determinada calificación; en este último caso, la defensa oral puede ser voluntaria u obligatoria.
Durante la elaboración del trabajo, ten en cuenta que, quizás, debas realizar una defensa oral del mismo, por lo que no utilices demasiados tecnicismos ni expresiones que puedan complicarte la exposición.
Trata de mostrar con claridad las ideas clave y de elaborar argumentos que te permitan explicar todos los aspectos importantes de tu trabajo en el periodo de tiempo concedido para ello.
Porque esta es otra cuestión importante: no tenemos tiempo ilimitado, sino que, a menudo, la exposición del alumno deberá ajustarse a un tiempo determinado, que suele oscilar entre los 5 y los 20 minutos, con posibilidad de que, posteriormente, el tribunal calificador realice preguntas y debas responderlas en 5 o 10 minutos.
Teniendo en cuenta la posible intervención de los miembros del tribunal, es aconsejable que prepares con tu tutor la defensa y que reparéis en qué preguntas puede hacer el tribunal para poder preparar mejor la respuesta que darás a las mismas.
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