Conecta con nosotros

CURIOSIDADES

Cómo huir del Low Cost si eres Abogado Autónomo. Por Carlos Rubio

todojuristas

Publicado

en

Carlos Rubio Mazas. Abogado. Presidente de la Agrupación de Abogados Jóvenes de Zaragoza

 

En el mundo de la abogacía, hablar de dinero puede ser un tema delicado, incluso tabú. La abogacía es una profesión que requiere años de estudio y una constante actualización. Cada caso conlleva horas de trabajo, investigación, análisis, búsqueda de jurisprudencia, y todo esto merece una justa compensación.

 

banner

A pesar de ello, cuando uno abre un despacho y comienza a emprender, parece que deba cobrar menos que sus competidores. Las excusas son muchas: “Acabo de empezar”, “No tengo experiencia”, “No puedo cobrar lo mismo que un abogado que lleva 20 años ejerciendo”. Estas son falacias.

 

Es entonces cuando uno comienza a reducir los precios y a competir con despachos y servicios jurídicos “low cost”. Pero ¿por qué deberíamos hacerlo? Reducir nuestros honorarios al mínimo desvaloriza nuestra profesión.

 

Debemos valorar nuestro trabajo en su justa medida. La atención personalizada, la estrategia adecuada y ser transparentes a la vez que leales con nuestro cliente, deben ser recompensados. Todos estos elementos se ven comprometidos en el momento que aceptamos una política “low cost”.

 

Por lo tanto, los consejos que ofrezco son los siguientes:

  • Educar al cliente: Esto es crucial. Debemos hacer ver a los clientes la importancia de contratar servicios legales de calidad. Si quieren seguridad, tranquilidad y un asesoramiento competente, deben estar dispuestos a pagarlo.
  • Ser transparentes: Si “educar” al cliente es esencial, mucho más es ser honesto con él. Fijar nuestros honorarios de manera justa y, sobre todo, comunicarlo a nuestro cliente debe ser visto como una muestra de profesionalismo y respeto no solo hacia nosotros mismos, sino también hacia aquellas personas que acuden a nuestro despacho en busca de soluciones a sus problemas.
  • Valorar nuestra profesión: Es preocupante ver cómo se subestima el valor de nuestro trabajo. Los principales culpables somos nosotros mismos. Es imperativo que, como profesionales y empresarios (al fin y al cabo, tenemos un negocio que es nuestro despacho), rechacemos tarifas inadecuadas y valoremos justamente nuestro trabajo.
  • Lo barato sale caro: Una vez que el cliente acepta nuestro presupuesto, le dará igual que le cobremos 50, 500 o 5.000 euros. Él quiere que le solucionemos su problema, que será nuestro en cuanto salga por la puerta del despacho. Si el tema es complicado y le hemos cobrado poco, puede salir caro.
  • Nunca trabajar sin haber cobrado antes: Se presupuesta, se acepta el presupuesto por el cliente, se factura y se cobra. Nunca se empieza a trabajar sin haber cobrado, aunque sea al menos una provisión de fondos. Que nadie te engañe, no estamos mercantilizando la profesión. Somos profesionales y queremos ganar dinero como cualquier negocio o empresa.

 

Hablar de dinero no debe avergonzar, al contrario. Hablar de dinero con claridad y confianza nos hace ser más profesionales, denota confianza en uno mismo y demostramos al cliente que no le vamos a hacer perder el tiempo. Al fin y al cabo, somos empresarios y nuestro objetivo es ganar dinero.

 

En resumen, abrir un despacho de abogados va mucho más allá de tener un bonito espacio de trabajo y una placa en el portal. A pesar de las presiones para competir con servicios “low cost”, debemos mantenernos firmes y no devaluar nuestro trabajo.  Recuerda, somos profesionales, somos empresarios, y merecemos ser compensados justamente por nuestro trabajo.

Artículos relacionados

Últimas entradas

WordPress PopUp Plugin