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CURIOSIDADES

Abogado: ¿Sabes si tu trabajo es rentable? Por Alfredo Sánchez-Rubio

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Terminaba mi artículo sobre la necesidad de que los abogados aprendamos a hablar de dinero con nuestros clientes refiriéndome al coste de nuestra materia prima, que es el tiempo, ¿sabes cuánto vale el tuyo?

Una de las principales tareas de autoconocimiento de nuestro negocio es la relativa al valor de nuestro tiempo, nuestro precio hora, lo que vamos intentar dando contenido a cada uno de estos campos (te recomiendo que los traslades a una hoja de cálculo):

  • Horas trabajadas en un año: con una dedicación de jornada completa de 8 horas diarias, descontando fines de semana y vacaciones, la estimación anual debería rondar las 1.800 horas. Esta partida es en la que los autónomos nos hacemos trampas, porque estimamos los ingresos, pero no nuestra dedicación, que acostumbra a ser muy alta (salimos tarde, trabajamos en festivo …).

 

  • A ese número de horas trabajadas le tienes que quitar el porcentaje de tiempo que dedicas a tareas no facturables a clientes, que suelen ser de tres tipos: formación, promoción (tareas comerciales) y administración (tareas de gestión de tu despacho y actividad, como tus impuestos). Ese porcentaje puede situarse aproximadamente entre el 20 y el 30 por ciento de tu tiempo total de trabajo. En los ejemplos de mis talleres con despachos profesionales suelo estimar un 25 por ciento.

 

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  • De la aplicación del porcentaje de horas no facturables a las horas trabajadas resultará un número de horas realmente imputables a clientes, en cómputo anual. Tenemos que dividir ese resultado por 11 porque son los meses que vamos a trabajar, si acostumbramos a guardar un mes de vacaciones. Siguiendo con el ejemplo, de la aplicación del 25 por ciento a las 1.800 horas anuales, resultarían 1.350 horas anuales imputables a clientes y 123 horas por cada uno de los 11 meses laborales.

 

  • Una vez claro lo anterior, debemos fijarnos una retribución objetiva mensual. Para esto es preciso, incluso en los casos de ejercicio individual, no incurrir en la confusión de bolsillos y separar la cuenta corriente del despacho de la cuenta bancaria personal o familiar. Nos dará una visión más realista de la marcha del negocio en un golpe de vista, incluso si en algún momento es necesario realizar aportaciones al despacho mediante préstamos. Tampoco impide la retribución extraordinaria mediante bonus en tiempos de bonanza y excedentes de tesorería. Pero es necesario fijarse un sueldo, el importe necesario para que mi casa funcione y para poder atender mis necesidades y las de mi familia. Siguiendo con el ejemplo, podríamos fijarnos una retribución de 3.000 euros al mes, en este caso multiplicada por 12 meses, porque también la cobramos el mes de vacaciones.

 

  • Una vez fijado el sueldo, que es el más importante de los importes a descontar en nuestra hoja de cálculo, quedará incluir el resto de gastos por su importe mensual: alquiler, proveedores, trabajadores o subcontratas, cuota de autónomos, impuestos (a calcular proporcionalmente a los ingresos estimados) …, que siguiendo con nuestro ejemplo situaremos en 2.000 euros al mes.

 

  • El resultado de sumar tu retribución esperada y los gastos mensuales y multiplicarla por 12 meses, dará el coste anual de tu despacho y, al dividirlo por 11 (los meses de trabajo efectivo), dará la cantidad que debes facturar cada uno de los meses laborales. Si has hecho bien los pasos anteriores del ejemplo, esta cantidad será de 5.454,55 euros.

 

  • Al dividir ese importe por las 123 horas mensuales imputables a clientes en cada uno de los 11 meses laborables, obtendremos un valor teórico de hora trabajada, que en nuestro ejemplo será de 48,48 euros.

 

Con ese valor, que podemos incluso redondear al alza en 50 euros la hora, podremos saber si un asunto ha sido rentable o no, en función de las horas dedicadas al mismo. Es fundamental que no nos hagamos trampas en la dedicación de los asuntos, porque hemos fijado una ratio que debemos tratar de cumplir. Tampoco es necesario que le cobremos al cliente por hora, solo que tengamos presente el valor de nuestro tiempo, que es nuestra materia prima.

Para presupuestar asuntos nos resultará muy útil, y una vez que nos vayamos especializando en determinado tipo de casos, deberíamos ser capaces de hacer una estimación de dedicación: horas por la redacción de la demanda, así como la preparación y asistencia a la audiencia previa y al juicio, por ejemplo. Nuestro objetivo será que la recuperación por hora trabajada sea superior a los 50 euros, con ello sabremos que el asunto ha sido rentable.

Como veíamos en el artículo sobre propuestas de honorarios puedes incorporar cláusulas que prevean el cambio de condiciones y permitan su revisión, llegado el caso.

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