5 Consejos para favorecer la desconexión digital

La transformación digital que estamos viviendo ha supuesto que las personas podamos estar conectadas permanentemente en cualquier lugar y a cualquier hora del día. Por ello, el masivo acceso a las tecnologías hace prácticamente inviable conseguir un aislamiento pleno de los dispositivos electrónicos.

Sin embargo, cada vez es más frecuente escuchar en el ámbito de la Prevención de Riesgos Laborales el concepto de “Desconexión digital” pues se trata de un derecho del trabajador cuya vulneración puede producir graves riesgos psicosociales (daños psíquicos o enfermedades mentales y depresivas, estrés, infoxicación (sobrecarga informática) o patologías como el síndrome del burnout o el workaholism) que inevitablemente repercuten en la esfera laboral así como en la personal.

Si bien el Estatuto de los Trabajadores en su artículo 20 bis hace referencia de forma tangencial al derecho a la desconexión digital en el ámbito laboral, este derecho se encuentra regulado de forma más exhaustiva en el artículo 88 de la Ley Orgánica 3/2018 de protección de datos personales y garantía de los derechos digitales, así como en el artículo 18 de la Ley del Trabajo a distancia.

La Ley establece que el trabajador tendrá derecho a la desconexión digital a fin de garantizar, fuera del tiempo de trabajo legal o convencionalmente establecido, el respeto de su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, así como de su intimidad personal y familiar.

La propia legislación dispone que el empleador, previa audiencia de los representantes de los trabajadores, deberá elaborar una política interna dirigida a trabajadores, incluidos los que ocupen puestos directivos, en la que se definirán las modalidades de ejercicio del derecho a la desconexión y las acciones de formación y sensibilización del personal sobre el uso razonable de las herramientas tecnológicas que evite el riesgo de fatiga informática.

El objetivo es sentar unas bases entre empresario y trabajadores de tal forma que se garantice el derecho a la desconexión digital, potenciando a su vez el derecho a la conciliación de la actividad laboral y la vida personal y familiar.

Por ello a continuación expongo cinco consejos que podrían ser aplicados por la empresa y el trabajador:

• Establecer directrices para la conexión durante el horario laboral sin que impliquen limitar la flexibilidad: Proponer horarios flexibles de conexión, manteniendo horas comunes en las que se fomente el trabajo colaborativo. En este sentido, las primeras y últimas horas del horario laboral podrán ajustarse y modificarse según las necesidades individuales del trabajador, siempre y cuando se establezcan horas comunes de obligado cumplimiento.
• Seguimiento y evaluación de las medidas adoptadas: Con el fin de determinar si la política interna se está cumpliendo, la empresa debería facilitar periódicamente encuestas de valoración a los equipos de trabajo.

Por otro lado, como complemento a la medida de la flexibilidad laboral, para paliar las posibles consecuencias negativas que pudieran derivarse de ésta (absentismo laboral), se debería instaurar en todas las empresas el registro de jornada y la imposición de sanciones en caso de incumplir la duración de la jornada laboral (Artículo 10 del RD 8/2019, de 8 de marzo de medidas urgentes de protección social y lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo)

• Configurar una respuesta automática en el correo electrónico y mensajes instantáneos durante el tiempo de descanso laboral y vacaciones.
• Establecer un horario específico para revisar el correo electrónico o el teléfono de empresa: Para aquellos casos en los que no sea posible desconectar durante el fin de semana o vacaciones, de tal forma que el resto del tiempo implique una desconexión total.
• Impartir formaciones periódicas sobre la desconexión digital: De la misma forma en que se imparten o se deberían impartir formaciones sobre gestión de tiempo, organización del trabajo y gestión de equipo, entre otros, sería conveniente incluir entre los asuntos a tratar, la desconexión digital, pues es importante que los trabajadores sean conscientes de la necesidad de que este derecho sea respetado, los beneficios que conlleva, así como advertir de los riesgos psicosociales.

Son innumerables los beneficios de la desconexión digital tanto para la empresa como para los empleados, pudiendo destacar, entre otros, las siguientes:

• Aumento de la productividad.
• Disminución de problemas físicos y mentales.
• Potencia el employer branding, mejorando la reputación corporativa.
• Mejora de la motivación y reducción del absentismo.
• Favorecer la conciliación de la vida laboral y personal y familiar.

No obstante hay que tener en cuenta que hay ciertas empresas que, o bien por su modelo de negocio, por la competencia, o por los profesionales que las integran, con objetivos muy ambiciosos y cuya prioridad es el trabajo, no casan con el descanso laboral. Por ello, lanzo una pregunta ¿Resultaría necesaria una legislación internacional de desconexión digital, más allá del ámbito europeo, de obligado cumplimiento para todas las corporaciones que incluyese consecuencias severas para que la desconexión digital se fomente y se cumpla por todas las empresas?