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ESTUDIANTES DE DERECHO

10 recomendaciones para destacar en las prácticas

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Martha Liliana Murcia Acuña. Técnico de Asesoría Jurídica en la Fundación Universidad Francisco de Vitoria y alumna del Máster de Acceso a la Abogacía y a la Procura en Centro de Estudios del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid.

El mundo jurídico cuenta con un importante componente teórico, articulado en documentos, disposiciones y leyes. Sin embargo, más allá de la Ley y la jurisprudencia, se encuentra el arte de la práctica. Para el estudiante de Derecho en prácticas, adentrarse en el ámbito profesional es como cruzar un puente que vincula el saber teórico con el saber práctico, llevando la aplicación concreta del derecho desde el papel a la vida real en un escenario jurídico. ¿Cómo hacerlo de forma exitosa? aquí te ofrezco 10 claves esenciales para dominar tus prácticas jurídicas y superarlas con éxito.

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  • Equilibra el entusiasmo con la humildad: es fundamental mostrar pasión y dedicación por lo que haces, pero recuerda que cada día trae consigo una nueva enseñanza. Aunque tengas ganas de demostrar tus habilidades, mantén la humildad. No olvides la importancia de reconocer que siempre hay algo más por aprender. Cada caso que enfrentes representa una oportunidad de adquirir más conocimientos.

  • Prepárate para una maratón jurídica: las prácticas en Derecho no son un sprint, sino una carrera de fondo. Es esencial administrar tu tiempo y energía para no agotarte desde el inicio. El ámbito laboral te pondrá a prueba con sus exigencias y presiones. Define objetivos claros y mantén criterios sólidos y fundamentados al tomar decisiones. Y recuerda: en este mundo, la puntualidad no es solo un valor, es tu carta de presentación. Ya sea en reuniones o en entrega de tareas, la puntualidad demuestra tu compromiso y profesionalidad.

  • Haz preguntas con criterio y actúa con iniciativa: la curiosidad es un arma de doble filo; es esencial para aprender, pero debes usarla con discernimiento. Antes de lanzar una pregunta, dedica tiempo a tu propia investigación. Esto no solo evidencia tu compromiso con el aprendizaje, sino que también demuestra que valoras el tiempo de los demás. Por otro lado, mantén siempre una actitud proactiva. No esperes instrucciones para todo; si ves una oportunidad para aportar, ¡adelante! Esta actitud no solo refleja tu dedicación, sino que también puede abrirte las puertas a nuevas oportunidades profesionales.

  • Mantén la imparcialidad (y no hablo de decisiones judiciales): dentro del amplio mundo del Derecho, te encontrarás con una gran variedad de compañeros, casos y clientes. Es muy importante abordar cada situación con una mentalidad objetiva, libre de prejuicios. Tu misión es representar y asesorar con el máximo profesionalismo y ética, no emitir juicios personales.

  • Redacción clara y persuasión en el argumento: durante tus prácticas, dedica tiempo a perfeccionar tu redacción. Un buen abogado no es el que se esconde detrás de un lenguaje complejo, sino aquel que transmite sus argumentos de manera clara y convincente. Y por sencillo que parezca, adherirse a la estructura básica de “sujeto, verbo y predicado” será tu firme aliado para garantizar una excelente comunicación.

  • El networking es clave: mientras avanzas en tus prácticas, ten en cuenta que te encuentras en un ecosistema rico en conocimientos y oportunidades. Aprovecha el “expertis” disponible a tu alrededor. Forja conexiones no solo con tutores o aquellos que te orientan directamente, sino también con compañeros de trabajo, otros practicantes y distintos profesionales del ámbito legal. Aunque el mundo del derecho pueda parecer inmenso a primera vista, en realidad, en muchos aspectos es más cercano y familiar de lo que podrías pensar. Valora y aprende de las personas talentosas que están a tu alrededor; su experiencia y sabiduría son invaluables. Por otra parte, prioriza una comunicación abierta y bidireccional. No te limités a responder; toma la iniciativa para compartir tus logros y busca feedback. Las relaciones que establezcas ahora pueden convertirse en tu más preciado activo en el futuro.

  • La ética no es negociable: dentro del ámbito jurídico, tanto la ética como la integridad no son solo recomendaciones; son imperativos. Por más desafiantes o ambiguas que sean las situaciones que enfrentes, la rectitud debe ser el faro que te guie. “Vince in bono malum”, vence al mal con el bien, con acciones justas. Mantente firme en tus principios y en cada acción y decisión, haz que la ética y la integridad sean tu sello distintivo.

  • Actualízate constantemente: considera al Derecho como una entidad viva, en constante evolución y adaptación. Ante leyes que cambian y una jurisprudencia en continuo progreso, es tu deber informarte. Dedica tiempo a explorar las últimas novedades legislativas para garantizar una formación continua y asegúrate de estar al tanto de los acontecimientos jurídicos más significativos en el sector de tus prácticas.

  • Aprende a manejar el estrés: el ritmo del mundo jurídico puede resultar vertiginoso marcado por fechas límite, audiencias, demandas, convenios y contratos. Es crucial aprender a gestionar la tensión y encontrar tu oasis de tranquilidad. Ya sea practicando yoga, permitiéndote leer un buen libro, disfrutando de un café, compartiendo una cookie con tu compañera de escritorio o tomando un helado con tus compañeras de clase en un foodtruck. Identifica ese ritual que te centra y te permite asumir las tareas con claridad y serenidad.

  • Y, por último, pero no menos importante, sé tú mismo: aunque este consejo pueda sonar cliché, es esencial que recuerdes quién eres. En el ámbito del Derecho, la autenticidad tiene una especial relevancia. En el mundo jurídico no se buscan máquinas sin defectos, sino seres apasionados y auténticos. No te esfuerces por encajar en el estereotipo del “abogado perfecto”. Descubre tu don, tu sello distintivo y destaca en el mundo jurídico. Las prácticas no son solo un trámite para graduarte o un escalón hacia la profesionalidad; representan una etapa de transformación, descubrimiento y afirmación. Son el escenario donde defines tu identidad como jurista. Con determinación, esmero y esa chispa de autenticidad que te caracteriza, no solo brillarás en tus prácticas, sino que sentaras las bases para una carrera profesional excepcional. ¡A por ello!

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